China y Chile contarán a partir del 1 de agosto con un nuevo instrumento legal para impulsar el comercio de los servicios entre ambas naciones, como parte del Tratado de Libre Comercio (TLC), suscrito en 2006.
El jefe de Asia y Oceanía, de la Dirección de Relaciones Económicas de la cancillería, Mario Artaza, afirmó a Xinhua que el Protocolo Suplementario de Servicios ofrece a los proveedores de servicios de cada país acceso a sus respectivos mercados, con reglas sobre transparencia.
Chile fue el primer país de América Latina que firmó un TLC con el gigante asiático, y "el comercio bilateral entre ambos países registró un récord profundo en 2009 al superar los 16.500 millones de dólares. En los primeros seis meses del 2010, ya superan los 10.000 millones", dijo el funcionario.
Explicó que el tratado comenzó con el intercambio de bienes y ahora se incluye el comercio de servicios, faltando las inversiones.
"China y Chile, a partir del 2005, adoptaron un camino conjunto para contar con un TLC, que incluyera todos los aspectos de un acuerdo moderno, eficiente y proactivo en cuanto a oportunidades, como reglas claras, que beneficiaran un comercio libre y abierto", recordó.
Señaló que tras cumplirse esas tres etapas, Chile y China tendrán "un futuro muy activo en lo referente al comercio, la cooperación y todo lo relacionado a las inversiones, donde las relaciones bilaterales presentan mayor flaqueza y también su mayor proyección por sus potencialidades".
Artaza, quien estuvo cinco años como consejero comercial de Chile en China, subrayó que "la relación bilateral está construida sobre la sólida base de 40 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas, hito que ha marcado a los sectores político, empresarial, cultural, académico de ambos países".
"No hay ningún país en este momento, desde Alaska a Tierra del Fuego, que tenga actualmente en operación la cantidad de instrumentos jurídicamente vinculantes de cooperación, interacción y desarrollo como los que tiene Chile con China", acotó.
Afirmó que ahora ambos gobiernos deben trabajar de una manera estratégica e inteligente para aprovechar esos instrumentos, dando un salto cualitativo y cuantitativo para llegar a que los jóvenes profesionales de ambos países se trasladen a trabajar en China y Chile en diversos campos.
Mencionó la variada cooperación bilateral, que contempla desde una granja experimental chilena cerca de Beijing; compartir experiencias en la Antártida entre la base chilena Eduardo Frei Montalba y la Gran Muralla china; y cooperar conjuntamente en Haití para que ese pueblo pueda resurgir en un ambiente de paz y estabilidad.
"Observando que en los próximos años se trabajará en China en la construcción de la sociedad armoniosa, vislumbro que las relaciones bilaterales se fortalecerán porque ambos países juegan un rol de liderazgo en el tema del desarrollo en sus respectivas regiones: América Latina y Asia Pacífico", comentó.
Dijo que ambas naciones deben fortalecer los contactos de manera más potente, tomando como base la experiencia en la Expo Mundial de Shanghai 2010, donde el pabellón chileno ha tenido más de un millón de visitas, sirviendo para que los jóvenes chinos hayan podido a conocer a Chile.
Respecto a las inversiones, Artaza sostuvo que "en estos momentos hay más inversión directa de Chile en China, que viceversa, pero también es un hecho que los últimos 35 años la inversión china en nuestro país no ha superado los 90 millones de dólares y la inversión chilena en ese país supera los 150 millones de dólares".
A su juicio, la baja inversión china se debe al poco conocimiento que tiene el sector emprendedor chino de las potencialidades de Chile.
Expresó que su país era conocido en China como un país largo y estrecho y por el cobre (Chile exporta 4.000 ó 5.000 millones de dólares en cobre), pero "hoy los jóvenes chinos menores de 30 años, conocen a Chile por el vino, aunque sólo se exportan 80 millones de dólares. Es un cambio de mentalidad fantástica".
"Creo que está llegando el momento en que empresas estatales de China comiencen a incorporar en sus gerencias a profesionales latinoamericanos que tengan el conocimiento y las experiencias para representarlas en América Latina", añadió, indicando que entonces habría más inversiones chinas en esta región.
"China tiene mucho que aportar a América Latina y viceversa porque sus relaciones con complementarias", precisó.
Sugirió que el país oriental debe invertir tiempo y recursos para dar a conocer en América Latina "los motivos de su incursión en la región, en el sentido de que es de asociatividad y no una relación de corto sino de largo aliento".
"Creo que las artes visuales deben participar en esta explosión que implica la relación de Chile y China. Muchos artistas chilenos y latinoamericanos han actuado en Chile, pero ahora es el momento en que el cine latinoamericano comienza a interactuar con el cine chino", añadió.
Sobre la confirmación de que China ya es la segunda potencia económica mundial, Artaza manifestó que "está claro que China está ocupando un sitio que le corresponde por su tamaño, por lo que significa estratégicamente en el mundo, por su economía, estabilidad y su formación como nación en los últimos 60 años".
Comentó que "estamos viendo que el polo de desarrollo, influencia política, social, educacional está siendo trasladado de América del Norte y Europa hacia el Asia Pacífico".
En su opinión, la responsabilidad de China como segunda potencial mundial "no va a ser la misma que le ocupó a Estados Unidos o a Europa Occidental en su momento porque es otro tipo de interacción. No será una relación de grande a chico, es más bien igualitaria, de coordinación y cooperación".
Por lo tanto, subrayó, en términos de poder, el mundo también está variando con ese crecimiento chino de manera explosiva desde que Deng Xiaoping comenzó con su política de apertura en 1978.
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