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martes, abril 06, 2010

Productividad, la vena abierta de América Latina

La publicación del BID muestra la forma miserable (salvo la honrosa excepción de Chile), en que evolucionó la productividad de las economías latinoamericanas a lo largo de casi medio siglo (1960-2005).

Hace casi cuarenta años Eduardo Galeano hablaba de "Las venas abiertas de América Latina" (1971). Y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) habla ahora de "La era de la productividad", en un diagnóstico también vinculable al sistema circulatorio.

La obra del uruguayo Galeano, mucho más citada que leída, fue descripta por su propio autor en un anexo posterior, titulado "Siete años después", como un "manual de divulgación que habla de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas".

En dicho agregado Galeano critica, con razón, el usualmente hermético lenguaje de la economía, indicando, quizás en una referencia inconsciente a su propio libro, que "algo parecido suele ocurrir con cierta literatura militante dirigida a un público de convencidos ... [con] su retórica revolucionaria, un lenguaje que mecánicamente repite, para los mismos oídos, las mismas frases hechas, los mismos adjetivos..."

En efecto, a expresiones vacías como "nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena", incluídas en la introducción, le sigue una primera parte titulada: "La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra", donde Galeano culpa inexorablemente a hechos del pasado, generalmente lejano, de todos los males del presente.

¿Responsables? Los conquistadores españoles, los ingleses, los estadounidenses. Los de siempre. La típica pose de latinoamericano víctima de una confabulación planetaria es atractiva. También es falsa. E inútil.

Es la prédica de quienes no entienden que al futuro hay que construirlo desde el presente. O que entendieron "demasiado bien" el negocio de manipular a las masas en el presente para que dependan de limosnas en el futuro. El "subdesarrollo sostenible".

En lo que fue premonitorio Galeano, y hasta se quedó corto, es en el capítulo "La varita mágica del mercado mundial despierta a Centroamérica", donde afirma que "en Honduras una mula cuesta más que un diputado". Es cierto: a cambio de unos barriles de petróleo allí recientemente hasta habían comprado un presidente. Y no fueron precisamente los conquistadores españoles, ni los ingleses, ni los estadounidenses.

La publicación del BID, por su parte, muestra la forma miserable (salvo la honrosa excepción de Chile), en que evolucionó la productividad de las economías latinoamericanas a lo largo de casi medio siglo (1960-2005).

La productividad es un indicador que toma la producción generada en un país en un período determinado y la relaciona con los factores productivos utilizados para obtenerla. Es decir, mide la eficiencia con que se utilizan recursos como el capital, el trabajo, la tierra y el factor empresarial. De ello depende el bienestar de la población. Nada menos.

La productividad, junto con la calidad de las políticas públicas, y la fortaleza de las instituciones, constituyen el corazón de todo sistema económico.

No es culpa de los conquistadores españoles, ni de los ingleses, ni de los estadounidenses que en América Latina la productividad sea baja, la calidad de las políticas públicas sea mala, y las instituciones sean débiles. Es decir, que el sistema económico esté siempre bajo condición de infarto.

El reporte del BID muestra que entre 1960 y 2005 la productividad de Chile creció un 19% más que la de los Estados Unidos, hecho que le permitió incrementar enormemente su PIB per cápita. Por el contrario, la evolución de la productividad de El Salvador muestra una pérdida del 42% en la comparación con la de los Estados Unidos. El conflicto armado, evidentemente, no resultó neutro en términos económicos.

Con su prédica incendiaria de hace cuatro décadas Galeano fue responsable que la supuestamente insuperable herida histórica de América Latina se transformase en un desangramiento real de latinoamericanos de carne y hueso. Equivocó el camino.

También había equivocado el diagnóstico: no son las heridas del pasado. Son los infartos económicos de un presente ya demasiado largo. Del cual no es culpable Hernán Cortés, ni las fábricas de Manchester, ni la United Fruit Co. Aunque al reconocerlo se pierda el glamour de un heroísmo inventado.

Hasta la próxima.

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1 comentario:

  1. Absolutamente de acuerdo. Galeano tiene mucho de panfletero. Y ese "Latinoamericanosmo romantico y revolucionario" le ha hecho mucho daño a este continente. Preguntele a Chavez...

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.