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sábado, agosto 29, 2009

La Ciencia y la Tecnología en Chile

Nota: Respecto a este artículo... ni mencionar que supuestamente habían cuantiosos fondos para la ciencia y la tecnología. Lagos impuso un royalty a la minería para financiar el desarrollo de esta "industria", pero el gobierno de Bachelet finalmente decidió que el dinero del royalty fuera usado para financiar planes sociales... osea, para un gasto de corto plazo, en vez de hacer el esfuerzo por generar riqueza de largo plazo que ayude a transformar a Chile en un país desarrollado, sin pobres (teniendo el gobierno miles de millones en fondos invertidos en el exterior para financiar sus planes de ayuda). Yo me pregunto, ¿a un gobierno socialista le conviene no tener pobres a quienes ayudar? no hay que olvidar que tener pobres a quienes "socorrer" es maquiavélicamente atractivo. Si la gente no depende de la ayuda del Estado, no se siente comprometida a votar por el gobierno que le da "ayuda". Por eso a los gobiernos de visión cortoplacista, en realidad no les conviene mejorar la educación ni eliminar la pobreza (están dispuestos a tirarse más de $5.000 millones de dólares para el Transantiago, ¿cuanto se va a invertir en innovación y creación de empresas tecnológicas en los mismos 5 años). A la escasez de recursos hay que sumar los errores descritos en este artículo. Existe un estimulo perverso para perpetuar la pobreza, la mala educación y las desigualdades (creo yo).

Hace pocos días se celebraron los diez años de la Iniciativa Científica Milenio, una de las líneas más poderosas y polémicas que ha existido en el país. Creada bajo el gobierno de Frei Ruiz-Tagle, abrió grandes expectativas de modificar en forma fundamental la ciencia chilena. La idea fuerza de esta Iniciativa es seleccionar unos pocos grupos fuertes en el país, inyectarles mucho dinero (en comparación con el resto del sistema) y así transformarlos en potencias mundiales.

La tradición en Chile ha sido repartir muy poco dinero a todos los científicos productivos a través de un fondo individual llamado Fondecyt. En general, en Ciencia un Fondecyt es como un derecho humano: si eres un investigador activo debieras tener un Fondecyt. A medida que la masa de científicos activos aumenta, la presión sobre Fondecyt aumenta también. Y hoy existe bastante consenso que habría que, al menos, duplicar los fondos para poder seguir financiando todos los proyectos considerados “buenos”.

La guerra oculta que se ha instalado en los pasillos de la ciencia es entre estos dos modelos: ¿Debemos financiar muchos proyectos individuales pequeños o unos pocos grandes? Las estadísticas van y vienen midiendo cuál método es más productivo y, por supuesto, usando diversas métricas para decidir qué significa productivo en este escenario.

Lo que parece claro, a todas luces, es que un científico no funciona como un sistema productivo convencional: invertir más dinero en él y pagarle mejores sueldos no hace que produzca más ni mejor. Tal vez lo hace más feliz o, al menos, más poderoso. Pero en ningún caso más productivo. Algunos incluso sostienen que tiene el efecto contrario.

Yo creo que el modelo chileno de financiamiento de la ciencia y tecnología está bastante equivocado en su concepción básica. De partida, todos los fondos se basan en elegir a los científicos más productivos del sistema y ponerlos a ellos a cargo de administrar grandes centros de investigación y transferencia. Como si la producción científica (medida en cantidad de publicaciones en revistas internacionales) fuera un buen predictor de la capacidad de gestión y administración de grandes sumas de dinero. En mi experiencia personal estas dos capacidades no muestran ninguna correlación (y sospecho que pueden tener una correlación negativa). Al final, resulta un pésimo negocio sacar al científico de su espacio productivo y ponerlo a gestionar RR.HH., planillas contables y transferencia al mundo privado, cuyos códigos le son totalmente ajenos.

Otro error básico del sistema es incluir suplementos de sueldo para los investigadores que se ganaron un proyecto. El modelo de los años ochenta era que las universidades pagaran malos sueldos, esperando que se complementaran con los fondos concursables para hacer el sistema “más competitivo”. Creo que resultó una mala idea. El incentivo del bolsillo es demasiado poderoso y genera una tendencia a acumular proyectos en los más ambiciosos que terminan capturando el sistema, y se vuelven expertos en ganar proyectos en vez de hacer el verdadero trabajo científico.

En el caso de las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicaciones) estos sistemas resultan aún peores, porque las métricas utilizadas en el mundo de la ciencia básica miden muy mal la productividad de nuestra área. Por la juventud del área y la velocidad del cambio, en TICs se usa poco la publicación en revistas internacionales y sigue siendo la clave de la calidad publicar en una pocas conferencias internacionales que son las mejores del área. Hoy en día, tener un trabajo aceptado en la mejor conferencia de Lenguajes de Programación, donde en el mundo desarrollado se matan por lograr estar, en Chile ni siquiera hay espacio en el formulario donde ponerlo.

¿Qué ha generado esta contradicción? Que nuestros investigadores jóvenes están publicando artículos en unas revistas internacionales de dudoso prestigio, totalmente inútiles a nivel internacional, pero que les sirve para tener su sobresueldo requerido, guiar tesis de doctorado, etc. Lo peor es que, al mismo tiempo, abandonan las conferencias importantes que es la única oportunidad de tener un real impacto internacional.

Sería bueno volver a revisar los mecanismos de financiamiento de la ciencia y la tecnología en Chile y eliminar las métricas simplistas que sólo miden cantidad. No se trata de Milenios contra Fondecyt, sino de generar otras formas de incentivar la investigación tecnológica y la transferencia a la industria, pero manteniendo a los científicos productivos donde son más eficientes: en sus laboratorios investigando mientras otros se encargan de la gestión y los dineros.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.