Extraido de El Diario, La Paz - Bolivia
Samuel Mendoza
En el suplemento “US News & World Report” que habitualmente difunde EL DIARIO junto a sus ediciones de lunes, encontramos en el correspondiente al 10 de octubre un artículo titulado “Chile a la cabeza” en el que se resume un informe recién publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, sigla en inglés) sobre la situación en Chile. Señala que “la economía chilena, considerada modelo económico de América Latina, recibió un nuevo galardón: el número uno en el ranking de manejo de variables macroeconómicas”. Agrega que “por primera vez en 26 años y desde que se publica el informe de competitividad global del WEF, Chile aparece por encima de países como Estados Unidos, Finlandia y Singapur en materia de la puesta en práctica y el seguimiento de las políticas macroeconómicas” lo que, “sumado a un entorno institucional transparente y abierto, ha permitido también a Chile ubicarse entre las 25 economías de mayor competitividad de crecimiento mundial”. En efecto, “Chile ocupa el puesto 23, resultado que lo coloca por encima de todas las naciones de América Latina...”. Más adelante dice el informe que “Chile cuenta con instituciones públicas que, en términos de transparencia y eficiencia, no tiene nada que envidiar a las de la Unión Europea”.
De otro lado, el último estudio de la Fundación Bertelsmann sobre “buen gobierno” (good governance), coloca a Chile, junto a Mauricio (en el Océano Índico), Eslovenia, Taiwan, Eslovaquia, Estonia, Corea del Sur y Lituania, entre los países en desarrollo mejor gobernados de los 119 estudiados. Bolivia, lamentablemente, se encuentra entre los países cuyo nivel democrático “ha empeorado”.
Hace pocos días tuve la oportunidad de visitar Santiago de Chile por espacio de doce días. Es la capital donde viví gran parte de mi exilio (1954-65) y donde, al despedirme tras la caída del régimen del MNR, expliqué a los chilenos por qué Bolivia necesita de una salida libre, soberana y útil al Océano Pacífico en una conferencia pública dada el 25 de septiembre de 1964, esto es, hace 40 años.
Esta vez me encontré con un Santiago intensamente dinámico y altamente progresista, con cerca a seis millones de habitantes; con un tráfico ordenado, un “metro” (tren subterráneo) moderno, limpio, eficaz, puntual y bellamente construido; un hermoso túnel de siete kilómetros construido por debajo del río Mapocho, que acorta la ruta entre el también excelente aeropuerto internacional de Pudahuel y el centro de la ciudad; autopistas, pasos de nivel, nuevas poblaciones modernamente urbanizadas, gigantescos centros comerciales y, en general, una ciudad moderna que nada tiene que envidiar de las mejores de Estados Unidos o Europa.
El pueblo chileno, por lo menos ese 40% de sus 14 millones, que vive en la capital, goza de un buen nivel de vida, buenos servicios de salud y, sobre todo, una excelente educación. Y aquí encontramos el pilar fundamental del desarrollo chileno: la educación. Mientras el analfabetismo es el más bajo de América, el actual Gobierno acaba de decretar como nivel mínimo educativo el bachillerato. La educación, pues, ha hecho que el chileno sea un ciudadano educado, culto, orgulloso amante de su país, disciplinado, consciente y, sobre todo, trabajador. Su empresa privada, lejos de exigir al Gobierno “perdonazos” o liberaciones, contribuye patrióticamente a la economía nacional al punto de convertir a Chile en uno de los más grandes exportadores del continente.
Se dirá, y con cierta razón, que Chile progresa gracias a que posee más de 4.000 kilómetros de costa junto al Pacífico y, además, porque tiene el yacimiento de cobre más grande del mundo (Chuquicamata). Se afirma también, y no sin razón, aunque ahora pocos se atreven a declararlo públicamente debido a los recientes escándalos monetarios atribuidos al dictador, que la dictadura de Augusto Pinochet hizo posible ese gran desarrollo.
Con respecto a su poderío militar, son muchos los que se sienten orgullosos de sus Fuerzas Armadas, pero no son pocos los que se sienten avergonzados de que se gaste tanto dinero (unos 30.000 millones de dólares) en la compra de costoso, moderno, sofisticado y mortífero armamento en tiempo de paz cuando aún hay sectores populares que viven en la pobreza, con alta desocupación (8%) y cuando el país tiene una deuda externa que sobrepasa los 40.000 millones de dólares (aunque principalmente privada).
Con todo, justo es reconocer que Chile progresa y se coloca entre las naciones más desarrolladas de América Latina y del mundo, gracias al espíritu emprendedor, patriótico y laborioso de su pueblo y a la eficiencia de sus gobernantes. El actual Gobierno ha tenido que elevar el precio de la gasolina (benzina) de acuerdo con el precio internacional del petróleo, pero ningún chileno ha protestado por la medida, no se han realizado marchas, bloqueos, manifestaciones ni huelgas de hambre. El pueblo acata disciplinadamente lo que es justo, aunque no le guste ni le convenga. Primero está la Patria. El regionalismo no existe. El chileno es chileno de Arica a Magallanes. Ahora, los chilenos se aprestan a elegir nuevos gobernantes el 11 de diciembre próximo, una semana después que nosotros, aunque con grandes diferencias. Ya me ocuparé del tema en otro comentario.
Es triste y doloroso admitirlo, pero no podemos negar que Chile nos lleva una grandísima ventaja en materia de desarrollo económico y social, de educación y cultura y también, por qué no decirlo, de poderío militar. Y mientras Chile sigue avanzando, nosotros seguimos en retroceso, a la zaga de las naciones, en actitud brutalmente suicida a pesar de contar con ingentes recursos. Increíble, pero cierto. Volver a una Bolivia convulsionada, donde los políticos, los cívicos, los sin tierra, los vecinales, los maestros trotskistas y los sindicalistas pelean por estupideces poniendo en peligro la integridad misma de la Patria, es ciertamente doloroso y decepcionante.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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