
Nada reflejaba mejor el éxito económico de Chile que el proyecto inmobiliario Costanera Center.
Los carteles publicitarios que rodean la obra ubicada en el corazón del distrito comercial de Santiago muestran la reluciente imagen de lo que era concebido como la torre más alta de América del Sur.
Pero las grúas están detenidas, los martillos en silencio y el futuro rascacielos es hoy una obra abandonada, se completó sólo una cuarta parte –un elocuente testimonio de cómo la crisis está golpeando aún a una de las economías más prósperas de la región.
Pese a una sucesión de números negativos y la expectativa generalizada de que las cosas empeorarán antes de luego mejorar, Chile logró una notable hazaña en plena recesión global: es el único país al cual Moody’s le subió la categoría de investment grade desde que comenzó la crisis.
Lo que mantiene a flote la economía es el “autoseguro masivo”, tal como llama el presidente del Banco Central José De Gregorio a la ganancia inesperada proveniente del aumento de los precios del cobre –registrado antes de la crisis– y a la constante acumulación de reservas en el Banco Central.
Chile es el mayor productor de cobre en el mundo y obtuvo extraordinarias ganancias provenientes de ventas del metal rojo en dos fondos especiales que ahora le otorgan u$s 22.000 millones. El Banco Central también tiene u$s 23.000 millones de reservas internacionales.
Últimamente los indicadores económicos han empeorado. La economía se contrajo 3,9% en febrero. Según el Imacec, el indicador económico mensual del banco central, se trata de la mayor contracción desde mayo de 1999, cuando también descendió 3,9%. La producción industrial cayó 11,5% en febrero. La producción de cobre disminuyó casi 10% interanual y bajaron los ingresos provenientes de exportaciones del metal.
El creciente desempleo –que ahora está en 8,5% y los expertos pronostican que llegará los dos dígitos– provocó manifestaciones en Santiago a principios de este mes.
Pero el ministro de Finanzas Andrés Velasco señaló: “No creo que haya una sola economía en el mundo donde haya mejorado la calificación de su crédito y que al siguiente día también reciben mejor nota los mayores bancos del país, donde el Banco Central y el Tesoro tienen juntos casi una tercera parte del PBI en activos líquidos.”
“Estoy bastante confiado en que la economía debería comenzar a volver a la normalidad a mediados de este año”, afirmó De Gregorio, aunque admitió que “mucho depende de que no siga deteriorándose el panorama mundial ya complicado”.
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