El Canal de Panamá, que inició sus operaciones el 15 de agosto de 1914, cumple en estos días un siglo.
El Canal de Panamá, que inició sus operaciones el 15 de agosto de 1914, cumple en estos días un siglo. Es administrado por una entidad autónoma: la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Su existencia ha marcado la historia de la República de Panamá y hoy constituye un motivo de legítimo orgullo para los panameños, por la ardua tarea que llevó a su recuperación y por la forma eficiente, rentable y segura con que se ha manejado desde su reversión el 31 de diciembre de 1999 (Basado en la Firma de los Tratados del Canal de Panamá, Tratados Torrijos-Carter de 1977), momento en que el país istmeño pudo consolidar su territorio, su soberanía y su estrategia global de desarrollo. En la actualidad transitan anualmente por esa ruta más de 14 000 buques transportando alrededor del 5 % del comercio mundial, constituyéndose en paso de más de 140 rutas marítimas, que operan con variados tipos y tamaños de naves, conectando a 160 países y a 1700 puertos alrededor del mundo.
Hoy, el primer gran reto del Canal es culminar su ampliación, gran proyecto de ingeniería que concentra el presente y el futuro de la vía interoceánica y que se estima esté concluido a finales del año 2015, para estar operativo en enero de 2016. Con esta ampliación se enfrentarán los desafíos que tiene a la vista el Canal y el sector logístico panameño para mantenerse competitivo en las próximas décadas. La idea de la ACP, a largo plazo, no solo contempla el tradicional tránsito de buques, sino que dicha autoridad entrará en el negocio portuario, en el logístico y hasta en el suministro de gas a naves, nichos que además de generar ingresos adicionales, aportarán un nuevo atractivo a la ruta. Es interesante destacar que desde el año 2000 a noviembre de 2013, el Canal ha aportado US$8500 millones al Estado panameño.
Todo lo expuesto, nos permite visualizar que el aumento de capacidades del Canal de Panamá tendrá un fuerte impacto en el Comercio Marítimo Mundial y, por añadidura, en el transporte de mercancías de América Latina y de Chile en particular. Luego de la ampliación podrá transitar un mayor volumen de carga, según datos disponibles a razón de 1250 millones de toneladas extras durante su primera década de operación, con el resultado de un aumento de ingresos totales para el país del Istmo, la más joven de las Repúblicas de América Latina. Los navíos construidos en las décadas de los 90 y 2000 que reciben la denominación de buques Post-Panamax, y que podrán transitar por el Canal ampliado, tienen capacidades de carga por sobre los 7000 contenedores (TEU). No obstante, esta capacidad sigue creciendo, ya que el año pasado entró a navegar el tercer buque con 400 metros de eslora, de mayor calado y que transporta 18 000 contenedores denominados triple E (economía de escala, eficiencia energética y mejora ecológica). Para dimensionar su capacidad estos TEUs podrían llenar en bloques dobles más de 30 trenes de 1,61 km de largo cada uno, dentro de ellos entrarían 36 000 autos y 863 millones de latas de conservas. Con todo, las nuevas esclusas permitirán el paso de entre 12 a 14 buques diarios lo que representará más de 18 000 tránsitos al año. El peaje promedio de un Post-Panamax al pasar por el Canal se estima en unos US$80 000; el peaje más alto registrado fue el del Crucero ‘Norwegian Pearl’ el 2011, US$430 000.
El incremento de los beneficios que ofrecerá el Canal de Panamá expandido, constituye también una oportunidad para Chile, que actualmente es el primer usuario Latinoamericano y tercero a nivel mundial de la vía, tras EE. UU. y China, ‘en el sentido de poder fortalecer la materialización del proyecto de ‘Corredores de Comercio Internacional’ (CCI) para la entrada y salida de la producción del hinterland sudamericano’ (Jaime Sepúlveda Cox, 2003). Según el autor, con el cual coincidimos, la ampliación de capacidades del Canal de Panamá, permitiría a Chile asumir un rol estratégico fundamental en la región con algunas características esenciales:
—Se constituye en el vínculo natural entre el Cono Sur y el comercio marítimo del Pacífico, por la menor distancia de sus puertos y la capacidad para brindar un óptimo y conveniente servicio al flujo comercial que se genere.
—Los puertos chilenos de Arica, Antofagasta, Valparaíso, San Antonio y San Vicente, podrían ser centros de distribución de carga marítima mundial hacia y desde el hinterland sudamericano, siempre que sus servicios logísticos sean eficientes y eficaces, tal como los requerimientos internacionales lo necesiten.
—Se transforma en un elemento vital para el resto de los países del Cono Sur, ya que a través de su territorio se materializaría en forma ventajosa una parte importante de las exportaciones e importaciones hacia y desde la Cuenca del Pacífico, como también, la oportunidad privilegiada de negocios concretos.
Como apreciamos, los 100 años de la vía interoceánica y su importancia en el comercio mundial, nos confirma que en los años por venir se abre una amplia gama de oportunidades en el terreno económico para impulsar el desarrollo de Panamá y potenciar sus vínculos hemisféricos y extra regionales y para Chile, como país con vocación marítima, las mejores perspectivas al continuar siendo un usuario privilegiado de una de las rutas más importantes del transporte marítimo internacional.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
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