
—¿Cuál es su visión de la actual línea de pobreza en Chile de $47.000?
—La canasta de satisfacción de necesidades básicas, bajo la cual estamos calculando la línea de pobreza actual, tiene un valor, que es medir por ingreso. Es un indicador sintético que ayuda a explicar un ámbito importante de cómo estamos en un nivel de desarrollo, pero necesitamos otras medidas complementarias que midan la multidimensionalidad de la pobreza.
Además, no podemos seguir contando con una canasta que es de cuando nuestro per cápita era la mitad de lo que ganamos hoy día (fines de los ochenta), tenemos que medirnos con la vara que corresponde. Pero estamos tranquilos, porque efectivamente esto (la actualización) está en manos de la CEPAL y esperamos que prontamente se entreguen los resultados.
—¿Cuánto más se puede reducir la pobreza en Chile?
—Si tomáramos la medición de EE.UU. o la de la OCDE nuestra pobreza aumentaría, porque tenemos un grado de desigualdad importante, pero si midiéramos la pobreza cambiando la canasta de necesidades básicas, la pobreza en Chile es posible disminuirla por lo menos a la mitad, y en un plazo de no más de cinco años podríamos tener un 5% de pobreza (con la medición por ingresos). Entonces, con un crecimiento sostenido, con un 4% o 5% anual y las medidas adecuadas en política social, es perfectamente posible llegar a esa cifra y podemos también mejorar el índice GINI.
— ¿A qué atribuye el origen de la mala distribución de la riqueza que caracteriza a Chile?
— Son varias cosas, lo primero es decir que Chile está en un contexto de América Latina, que es el continente más desigual del mundo. Ahora bien, hay una acumulación de la riqueza efectivamente muy importante. Pero también hay otros temas que como fundación hemos intentado mostrar, que tienden a perpetuar la desigualdad en nuestro país, y tiene que ver con que hay muy pocas oportunidades. Nos centramos fundamentalmente en dos grandes anillos, uno que explica la salida de la pobreza de manera permanente de los hogares, de mediano y largo plazo, que es la educación, la salud y la vivienda, y el otro anillo es el tema de los ingresos, el trabajo, el empleo y la participación, que son temas que explican en el corto plazo la pobreza. En el tema de la distribución, es central también el hecho de que Chile haya logrado disminuir la pobreza de manera significativa en un contexto de mucha desigualdad.
—Ante esta paradoja de baja de la pobreza con desigualdad, ¿hace falta una visión más crítica de parte de ustedes respecto a lo que ocurre en el país?
—Hemos disminuido la pobreza y tenemos que mirar la mitad del vaso lleno, pero aquí también tenemos algunos problemas complejos. Recuerdo una frase clave de un ministro de la actual administración que dijo que el principal compromiso de la Concertación era superar la pobreza, pero no la desigualdad, y me parece bastante fuerte una declaración de ese tipo, este es un tema país que no resiste más análisis, porque efectivamente tenemos una desigualdad muy importante. Pero aquí el punto no está solamente en la desigualdad en la distribución del ingreso, más bien está en cómo efectivamente logramos tener mínimos sociales garantizados en distintas áreas y en compartir una experiencia de ciudadanía en común. Nosotros abogamos por un Estado ágil y eficiente, no cuestionamos tanto su tamaño, pero sí que se pueda hacer cargo de estas políticas.
— ¿Qué tiene que mirar este Estado más eficiente en dicha búsqueda?
—Educación, salud, vivienda, ingreso, inclusión y participación son las áreas centrales, ya no tener políticas sociales remediales, sino que efectivamente produzcan los cambios estructurales, y cuando uno analiza cuánto vale eso, de verdad, se puede hacer. Un ejemplo concreto, mucho se dice que por primera vez tenemos tantos jóvenes como primera generación en la universidad, eso es verdad, pero ha sido fundamentalmente logrado por el mercado, ha habido un apoyo efectivamente del gobierno, pero el problema está en ver la calidad de esos establecimientos. Y esto se ve mucho en todas las carreras llamadas de pizarrón, es evidente que este país no puede absorber la cantidad de personas que han estudiado algunas carreras que están sobresaturadas, aquí hace falta planificación, saber hacia dónde se quiere ir, pues lo que estamos haciendo en materia de educación es irnos por donde es más sencillo.
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