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martes, noviembre 10, 2009

Perunos siguen supurando materia por la herida

Nota: ¿Cómo se puede hablar de paz e integración con un país que sigue viviendo la guerra de 1879, como si hubiera terminado ayer, o peor aún, como si continuara? Los europeos se mataron por MILLONES, cometieron toda clase de aberraciones (campos de concentración donde asesinaron a millones, violaciones sistematizadas, experimentos en seres humanos, etc), pero hoy viven en paz y plena integración. Los peruanos en cambio, siguen con la herida abierta (e infectada) y muchos soñando con la revancha. Por cierto, este artículo no es del pasquín La Razón, es de un diario algo más serio llamado Expreso. Todo este artículo escrito con el único propósito de hacer política interna y atacar un proyecto para construir un museo para las víctimas de la guerra interna peruana de los 1980's-1990's, contra Sendero Luminoso.

Caviares (izquierdistas) maquillan la guerra con Chile

EXPRESO ha venido publicando entregas sobre el Museo de la Memoria, tema controvertido que puede derivar, so pretexto del homenaje a las víctimas de la violencia política en el Perú, en una manipulación cultural e histórica al pretender, a partir del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación –CVR-, restar méritos al heroísmo peruano en la guerra con Chile. Para ubicar a los lectores, es bueno recordar algunas ideas centrales expuestas hace poco.

1) El informe final de la CVR no es una Biblia sagrada de cumplimiento obligatorio entregado al Estado peruano por el filósofo Salomón Lerner Febres y su equipo. Es una comisión oficial de seres humanos de carne y hueso a quienes se les dio la tarea de investigar el periodo de violencia entre 1980 y el año 2000 y buscar caminos de reconciliación, por mandato del Decreto Supremo Nº 065-2001-PCM, del 4 de junio de 2001, del gobierno transitorio de Valentín Paniagua, complementado por el Decreto Supremo Nº 101-2001-PCM de la administración Toledo.

2) Toda la actividad de la CVR, incluido el informe final que lo resume, no ha reconciliado al Perú. Todo lo contrario. Al extremo que hay un debate, por ahora inviable, entre quienes privilegian la defensa de los derechos humanos, especialmente de terroristas, enfrentados a los partidarios de los logros de la pacificación nacional por obra del Estado a través de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

3) Si el referido informe no ha cumplido su objetivo central reconciliatorio, cabe la posibilidad y necesidad de revisarlo, más si tiene como meta declarada -según la antropóloga norteamericana Kimberly Theidon- suplantar la memoria histórica del Perú, que incluye la difícil y sensible relación con Chile, por la "memoria popular" de los supuestos marginados y explotados.

4) Para allanar este revisionismo de lesa historia el informe pretende en sus conclusiones hacernos creer que el “conflicto armado interno” que vivió el Perú entre 1980 y el 2000 ha sido “el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República”, con 69,280 víctimas, cifra que supera “el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente”. Falso.

Maquillando la guerra con Chile

Si para la CVR ha sido el conflicto más violento de la historia republicana, su conclusión obvia es que “supera ampliamente las pérdidas en la guerra de la independencia y la guerra con Chile [1879-1884], los dos mayores conflictos en los que se ha visto involucrado Perú" (1). Este temperamento fue la noticia principal, apenas el informe fue hecho público en agosto del 2003, por infinidad de periodistas de la red de la izquierda caviar y ONGs de derechos humanos, entre ellos el español Francesc Relea Ginés y Patricia Balbuena.

No hay en esta conducta una ignorancia supina sino un intento revisionista de cambiar la lectura del patrón histórico del Perú respecto de Chile, que, por lo demás, ya lo había intentado la CVR antes de difundir su informe, cuando el historiador Nelson Manrique, que trabajó en el esquema histórico de ese documento, sacó la tesis de que dicho conflicto había sido más violento que la Guerra con Chile y que todas las guerras pretéritas del Perú, entre ellas las guerras de la Independencia.

Sería bueno conocer cuáles son los datos e insumos empíricos para llegar a tan atrevida conclusión, más allá del curioso cálculo multisistemas para anchovetas y venados que disparó el número de víctimas fatales de 24 mil a 69,280 en el periodo antes descrito (1980-2000).

Vayamos entonces por partes y cucharadas. La población peruana al año 1876 apenas llegaba, según el cuarto censo de 1876, tres años antes de la guerra con Chile, a 2.699.105 habitantes. Por el año 1880, segundo año de la guerra, se calculaba en tres millones. Saltando los tiempos, en el año1981, a un año de iniciada la demencia terrorista liderada por Abimael Guzmán Reinoso, el Perú contaba con 17.762.231 habitantes; en la actualidad supera los 27.219.264 (censo del 2005).

Al inicio de la guerra, Chile contaba con 2.200.000 habitantes, de los cuales movilizó alrededor de 40 mil hombres a los escenarios de combate. Información oficial de las bajas chilenas de su Ejército dan cuenta de 15,415 entre muertos, heridos, enfermos, desertores y desaparecidos, fuera de otros 400 muertos y heridos de su Armada.

Respecto del Perú nunca se sabrá la cifra real, porque no se llevó una contabilidad minuciosa y muchos partes de guerra fueron perdidos o saqueados. Al margen de los miles de muertos en Tarapacá, Alto de la Alianza y Arica, las solas cifras de la gran batalla de Lima –San Juan, Chorrillos y Miraflores- nos dan una idea de que las bajas peruanas, civiles y militares, superaron largamente a las 15,415 bajas chilenas de su ejército. Esta es la primera diferencia abismal para un Perú de apenas tres millones de habitantes. .

Respecto de Lima, el parte oficial de Chile que aparece en el Boletín de la Guerra, página 884, señala que para la batalla de San Juan, al sur de Lima, del 13 de enero de 1881, contaron con 26,413 hombres de su Ejército, fuera de su Armada que bloqueaba el Callao y bombardeaba la capital peruana desde los blindados “Blanco Encalada”, “Cochrane” y “Huáscar”, además de tres corbetas y dos cañoneras. Aunque otro parte oficial del general Marcos Maturana, jefe del Estado Mayor General, asegura que su Ejército contaba con 23.518 soldados, porque el batallón “Quillota” no llegó a tiempo de Pisco y no participó en la (o las) batalla de Lima.

Y los peruanos, según un parte oficial del general Pedro Silva, jefe del Estado Mayor General, fueron 18,650 hombres, más 5,000 de la reserva que no pelearon, entrando en combate menos de 15,500 hombres, ya sea por deserción o falta de armas. De los que guerrearon valerosamente fueron muertos o heridos alrededor 60 por ciento, en su mayoría indígenas y tropa improvisada, lo que da una magnitud de la masacre de San Juan, que terminó en la orgía de sangre de Chorrillos y culminó en la batalla de Miraflores y la inmediata toma de la capital peruana que sufrió cuatro años de ocupación.

Cuatro años en que la resistencia patriota al mando del general Andrés Avelino Cáceres se trasladó a la sierra, dando lugar a la gloriosa Campaña de la Breña en Junín, Huancavelica, Cerro de Pasco, Áncash, y en menor medida Ayacucho, que culminó en el holocausto de Huamachuco, donde en ese ínterin pueblos enteros fueron mascados en la resistencia por la soldadesca chilena, de los que no hay registros ni contabilidad, ni menos comisiones de la verdad que les abran museos de la memoria a la medida de esa “Iliada” latinoamericana que fue la Guerra de 1879.

A falta de estadísticas, de cuentamuertos y juntacadáveres, aquel escenario dantesco de la batalla de Lima, y más aún la Campaña de la Breña, o el heroísmo de Tacna durante el cautiverio hasta 1929, sin hablar ya del heroísmo y caballerosidad sublime de Miguel Grau, son algunos de los muchos ejemplos que han marcado el alma nacional y que nos dicen que la guerra de rapiña de Chile contra el Perú sigue siendo la más emblemática que ha sufrido la sociedad peruana en toda su historia.

De batallas y combates

Porque -más allá de la retórica pro indigenista del informe final de la CVR, en especial de los desaparecidos de Ayacucho- alguien de esa fenecida institución tendría que explicarnos, ubicando fecha y lugar, si hubo alguna batalla, en el estricto sentido de lo que significa esta categoría en la teoría de la guerra; si alguna ciudad sufrió lo que sufrió Tacna durante el cautiverio, o que al menos nos precise algún combate en la lucha contra el terrorismo.

No mencionarán ninguna batalla, aunque sí podrían sacar como ejemplos los dos únicos combates de Madremía (1988) y Chuquibambilla (1989), los puntos más altos de un conflicto que no viene al caso detallar, por razones de espacio, por lo que la “guerra interna”, llamada así por razones políticas, sobre todo de cierto fujimorismo montesinista, o “guerra de baja intensidad”, se circunscribió básicamente a emboscadas sin fin a patrullas del Ejército compuestas entre 15 y 20 hombres, o a la persecución de pelotones senderistas que tenían similar cantidad de hombres y poder de fuego.

Se trataba también de develamientos violentos y sangrientos de penales, como sucedió en El Frontón, asesinatos selectivos por la espalda a veces amparados en la oscuridad de la noche, coches bomba sin cesar que creaban un cuadro sicológico grave en la población, sobre todo urbana, algunas incursiones del Ejército violatorias de los derechos humanos en caseríos serranos; todo esto año tras año desde 1980 hasta la captura del sicópata mayor del terror, Abimael Guzmán, el 12 de setiembre de 1992, para después bajar lentamente hasta el peligroso rebrote de estos años en el VRAE.

¿Carácter beligerante?

Dicho de otra forma, el hecho de que esa confrontación con el terrorismo haya sido sangrienta y duradera, cuando no heroica y paradigmática, como lo prueba una de las operaciones de comandos más famosas de todos los tiempos –la Operación Chavín de Huántar- no lo convierte en guerra en el sentido amplio del término, si nos atenemos a la rigurosa acepción teórica del mismo. Esto no significa restar méritos a la Fuerza Armada en su triunfo en la lucha antiterrorista. Es sincerar los hechos en perspectiva histórica, sobre todo respecto de la guerra con Chile.

Y es que aceptar que fue una guerra, como pretende Ollanta Humala en declaraciones desde Madrid de semanas atrás, implicaría que un candidato presidencial otorga a los terroristas asesinos el estatuto tácito de carácter beligerante, pasaporte insólito para su ingreso a la vida política y a las elecciones venideras, como ya lo reclama abiertamente Elena Iparraguirre Revoredo, pareja de Abimael Guzmán.

Porque si bien es cierto que el informe final de la CVR les niega, en forma tímida, el estatuto de beligerancia, no es menos cierto que Carlos Tapia y Sofía Macher -siendo comisionados de la CVR- pretendieron darle a los senderistas el estatuto de partido político, en una aceptación tácita de su supuesto carácter beligerante, algo que ni el Congreso ni el Ejecutivo se habían atrevido a insinuar antes de que el informe final de la CVR viera luz.

Este tema de la correlación entre la guerra y el carácter de beligerancia, como puerta de ingreso al terrorismo a su participación electoral, bien vale una nueva entrega.

Artículo original

jueves, agosto 27, 2009

¿Vecinos revanchistas? II

En la entrevista concedida por Alan García a Cristián Bofill en La Tercera del 23 de agosto recién pasado, el presidente peruano habla de ganar en autoestima, para lo cual dice que “Perú no debe tener una actitud revanchista ni acomplejada con Chile”.

Indudablemente, a la mayoría de los chilenos nos gustaría que fuera así, para vivir en paz y armonía con nuestros vecinos del norte. Pero existe un concepto llamado “inconsciente colectivo” – idea o símbolo básico común a un pueblo que expresa un contenido de la psiquis que está más allá de la razón -, que en el caso de los peruanos hace que sea extremadamente difícil dejar de lado las actitudes revanchistas, a pesar de las buenas intenciones de algunos. Alan García aparenta tener buenos propósitos, pero a la larga prima el inconsciente colectivo peruano y sencillamente no puede contener su resentimiento...

Cada cierto tiempo, con bastante frecuencia, salen voces poco amistosas del Perú haciendo gala precisamente de aquellos sentimientos a los que hace referencia su presidente, en la mencionada entrevista. Un reciente artículo mío publicado en este blog titulado ¿Vecinos revanchistas? ilustra bien este punto, por lo que me parece oportuno volver a postearlo en estos momentos.

¿Vecinos revanchistas? I

Bastó que en Chile se anunciara la intención de comprar 18 aviones de guerra F-16 a Holanda, para que desde Perú se recibiera una andanada de críticas y “consejos” por parte del Presidente de esa nación y su Ministro de Relaciones Exteriores. Da lo mismo lo que Chile haga o deje de hacer, la reacción oficial en Perú - también la oficiosa -, estará siempre marcada por un cierto tono rencoroso hacia nuestro país, donde a menudo afloran los revanchismos históricos.

No es mi intención realizar un análisis histórico/sociológico sobre esta situación, sino más bien señalar un hecho concreto que siempre enturbiará las relaciones bilaterales, dependiendo de la coyuntura política o social por la que atraviese el vecino país en un momento dado. Chile es la excusa fácil, el “chivo expiatorio” al cual echan mano los políticos peruanos cuando necesitan distraer o manejar la opinión pública local (nota: al momento de esta republicación, Alan García tiene 70% de rechazo entre sus compatriotas).

Pero no es sólo en el ámbito político donde se da esto. Los que hemos viajado a Perú para realizar negocios u otros trabajos profesionales, hemos podido constatar lo fácil que es para los peruanos caer en actitudes odiosas y francamente ofensivas hacia Chile, sin que medie provocación alguna de nuestra parte. Al parecer, es suficiente el mero hecho de ser chileno.

Pues bien, ahora el general peruano Edwin Donayre acaba de entregarnos uno de esos “consejos bien intencionados” que nos llegan frecuentemente desde el otro lado de la frontera, en el cual afirma que “… el Estado chileno, que lamentablemente con su actual posición incierta y ambigua incide cada día en un mayor distanciamiento, situación que exige que los inversionistas chilenos asentados en Perú invoquen a sus respectivos políticos para que asuman una posición clara frente al veredicto de La Haya sea cual fuere.”

Es difícil imaginarse a nuestros hombres de negocio haciendo precisamente lo que Donayre pide en la cita anterior. Los chilenos en general somos bastante realistas respecto de nuestros vecinos, y los verdaderos sentimientos que tienen hacia Chile. Varias encuestas nacionales realizadas durante los últimos dos años recogen una percepción sobre la región, en la que aparecen como amigos de nuestro país aquellas naciones que realmente sienten empatía hacia Chile (Brasil, Colombia, etc.), y como poco amistosas aquellas naciones que en los hechos demuestran no querernos.

Concluir que esa realidad percibida por nuestro “ser colectivo” es un asunto negativo, sería un grave error de interpretación. Además, los chilenos no tenemos por qué sentirnos culpables por darnos cuenta de cómo son las cosas en el mundo que nos rodea, y actuar de acuerdo a esta percepción. Martín Heidegger nos instaba en sus libros a comprender profundamente nuestro “ser”. Este puede entenderse de manera muy somera como aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su propia realidad. Explicado de otra forma, el gran pensador alemán nos estaba diciendo que “debemos tratar de ver las cosas tal cual son”.

Chile debe mirar la realidad regional tal cual ésta se presenta, y manejarse de acuerdo a su mejor conveniencia e interés. El hecho de ser dadivosos no va a cambiar mucho esa realidad.

Artículo original

lunes, mayo 18, 2009

Perú: Ante peligro de guerra con Chile

- Relacionado: Chile destina US$6.000 millones para becas de doctorado y maestría en el extranjero, para 30.000 chilenos (21 veces más dinero que los 18 F-16)

Sí. peruanos, a gastar

Las permanentes declaraciones de personajes de la política de Chile y de militares de ese país no dejan ninguna duda de que van a continuar sus usurpaciones en perjuicio del Perú, cualquiera que sea el dictamen final de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ante la cual el Perú ha presentado una demanda para intentar frenar la peligrosa situación en que ya vivimos.

Situación actual

Los gobernantes peruanos y, con pocas excepciones, los políticos peruanos, con el bien aceitado coro de la corrupta prensa prochilena, presentan al público la idea de que nuestra demanda ante la CIJ es una acción de firmeza que busca justicia y que, rebatiendo en ese foro las aberrantes interpretaciones que Chile da a tratados, convenios y declaraciones, se pondrán las cosas en su sitio, que la CIJ nos dará la razón, etc. Eso es totalmente falso.

Está visto que si un país quiere, desafía a las Naciones Unidas (ONU) y a la CIJ. Sudán e Israel, por ejemplo, se ríen a carcajadas cada vez que una resolución de la ONU les pide cesar la matanza de civiles. Corea del Norte se arma como quiere y ve como algo cómico las resoluciones de la ONU o las amenazas de los EE. UU. Mencionamos esto para que todos entiendan que si un país se niega a acatar una resolución de la CIJ no pasa nada. Únicamente la legítima acción armada del país afectado con el incumplimiento puede corregir la situación. Ésa es la verdad, Chile no va a acatar el dictamen de la CIJ; su mensaje al Perú será: “Sácame si puedes de los 37 000 metros cuadrados que te robo en Tacna, y sácame si puedes del mar territorial que me da la gana de usurpar”.

Ningún medio de comunicación y ningún político, ningún militar (en actividad o en retiro) dice con claridad y en tono de alerta de máxima gravedad que nuestra soberanía territorial ya está vulnerada, que Chile, país delincuente y ratero, tiene control de 37 000 metros cuadrados de tierra tacneña. Y no ponen este énfasis porque pondrían al descubierto que el presidente de la República, Alan García y las fuerzas armadas están faltando al deber constitucional (artículos. 118.°, 165°) de mantener la integridad territorial del Perú, con la complicidad del silencio de la mayoría del Congreso de la República. No sólo eso: la bajada de tono, la política de “cuerdas separadas” y las maniobras distractivas tienen por finalidad dar más tiempo para que Chile, país enemigo del Perú, se arme más de lo que ya está y, al mismo tiempo, alegue que todos estos años de silencio significan el consentimiento del Perú a la mencionada usurpación de suelo tacneño.

Significado de la situación

¿Para qué se hace una guerra entre países? Se hace para castigar alguna provocación, para obtener ventajas económicas (acceso a recursos naturales), para obtener dominio económico o para apoderarse de territorios. La especialidad de Chile es apoderarse de territorios de sus vecinos Bolivia y Perú; pero además, mediante mecanismos de corrupción, ha logrado una importante presencia en la economía del Perú. Entonces debe estar muy claro para nosotros que en este momento Chile ya ha logrado dos importantes objetivos:

a) robar territorio de Tacna trazando desde el hito 1 (268 metros tierra adentro) una línea que intersecta la orilla del mar en un punto 250 metros al norte del punto Concordia (válido por estar contemplado en un verdadero tratado de límites), lo cual le permite quitarnos 37 000 kilómetros cuadrados de mar territorial y dejarnos frente a Tacna sin nada de las 200 millas que nos corresponden;

b) obtener hegemonía económica en el Perú, incluyendo sectores estratégicos como la aviación comercial, transporte marítimo1, agencias aduaneras, etc.

Lo importante es que nos demos cuenta de que estos dos objetivos mencionados sólo se consiguen mediante guerra, pero Chile —que puede hacerla— ha optado no por la acción armada; ha contado más bien con la corrupción y la traición a la patria de peruanos puestos al servicio del enemigo. Pero el resultado es igual: el Perú pierde territorio y va en camino de convertirse en colonia de Chile, país delincuente.

En el Perú algunas personas están confiadas en que por la internacionalmente conocida cobardía de los militares chilenos nada va a pasar, pero debemos tener en cuenta que al sentir la presión del pueblo chileno que apoya todo robo territorial y ver que tienen armamento moderno, puede ocurrir que el impulso a la ratería se imponga en sus corazones y veamos a los militares chilenos atacando el Perú. Hay que estar preparados para todo.

Cómo enfrentar la situación

Ante el entreguismo y pasividad de quienes son mantenidos por el pueblo peruano para conservar incólume la soberanía nacional, ante el servilismo suicida de vender todo lo que se pueda a los chilenos (incluyendo tierra agrícola) y darles entrada al país sabiendo que son quintacolumnistas de la fuerza armada chilena, a los peruanos nos queda movilizarnos en las calles, denunciar constitucionalmente a los que ceden territorio al enemigo y exigir para nuestra fuerza armada una asignación presupuestal proporcional al peligro.

Muchos periodistas mermeleros vendidos a Chile reaccionan y dicen cosas como que los sectores Salud y Educación van a quedar más desantendidos de lo que están, que se van a paralizar obras de infraestructura, etc.; dicen, además, que está probado que hay militares corruptos que van a embolsicarse el dinero.

Los mermeleros también restan importancia a la ocupación de las casi cuatro hectáreas de Tacna por parte del ladrón gobierno chileno, ¿qué esperan, que los delincuentes del sur invadan hasta Arequipa para recién alertar?

A estos felipillos y felipillas al servicio del enemigo chileno, a estos sirvientes y sirvientas traidores que se proponen desarmar materialmente a nuestra fuerza armada y desarmar psicológica y moralmente a la población peruana, les respondemos punto por punto:

i) Es cierto que al dar más dinero del presupuesto nacional a la fuerza armada va a haber menos fondos para los sectores Salud y Educación y para obras públicas. Pero ¿no sabemos que el sistema de Salud peruano está hecho para matar a la gente en vez de conservar su salud?, ¿no sabemos que el sistema educativo peruano es el peor de América Latina y que de todos modos va a seguir así por las “capacitaciones” que realiza el gobierno aprista y que hemos denunciado2? Siendo esta la realidad, que haya menos plata para dichos sectores no cambia la situación, de todas maneras las cosas están calculadas por el estado con la finalidad de que sigan así de mal, para que mueran poco a poco más peruanos y para que obtengan una educación muy pobre, la que necesita un país exportador primario, modelo que los chilenos han ordenado aplicar a sus sirvientes peruanos, quienes con mucho gusto lo ponen en práctica. En conclusión, las cosas no van a mejorar nunca en los sectores Salud y Educación (para no hablar ya de la seguridad ciudadana, casi inexistente en el Perú), es previsible más bien que haya cambios para mal; y con la reducción que se aplicará para atender a la fuerza armada simplemente lloverá sobre mojado, no hay de qué preocuparse;

ii) Es verdad que ha habido y hay militares corruptos, pero los medios de supervisión de la Contraloría han mejorado, ya los militares no pueden hacer lo que les de la gana con el dinero que les asigna el Estado. Debemos denunciar que la intención de los periodistas y políticos vendidos que ponen énfasis en el caso de los militares corruptos es doble: crear condiciones de opinión pública que hagan ver este mal como una cosa generalizada, cuando lo cierto es que son casos individuales (hay militares en la cárcel y otros denunciados), y presentar a los militares como elementos innecesarios en el mundo actual.

Reaccionar

Esta visión torcida de la realidad que presentan periodistas y políticos venales tiende a que la población desvíe la mirada de los problemas reales que existen en la frontera sur, y de la hegemonía que tienen los rateros chilenos en la economía peruana. Por eso decimos claramente: vivimos ya una situación de grave peligro de seguridad nacional y se debe aumentar el presupuesto asignado a la fuerza armada, lo cual significa, para empezar, asignarle un punto porcentual más del PBI, en el entendido que se trata de gastos en equipo y material militar, no en salarios3.

Las propuestas de dar un porcentaje de regalías mineras o de hidrocarburos tienen las desventajas de crear discordia entre peruanos (ya los gobiernos regionales están a la defensiva porque ven afectada la parte que les toca) y de ser algo inseguro y variable (¿qué pasa si la crisis internacional continúa y se exportan menos minerales?, ¿qué pasa si las empresas se niegan a dar dinero basándose en que las regalías por sobreganancias son voluntarias, según lo estableció Alan García, rompiendo una promesa electoral?).

Estamos en la obligación de decir con toda claridad: los peruanos tenemos la desgracia de que Chile se nos coló como vecino por la guerra de 1879-1883 y debemos gastar en armarnos porque ese país delincuente tiene una cabecera de playa en Tacna, que se propone utilizar para seguir avanzando más en territorio peruano. Además debemos entender que la calidad de los servicios de Salud y Educación, entre otros, va a bajar, pero sabemos que ahora ya están pésimos y se notará poca diferencia. Simplemente lloverá sobre mojado, como indicamos líneas arriba.


1 Periodistas y políticos corruptos, a sueldo de Chile, dicen que en economía no hay nada estratégico. Pero estos rateros olvidan que durante la guerra del Alto Cenepa (1995) los barcos mercantes chilenos, predominantes en nuestro mar, se hicieron humo, para asegurar el objetivo del estado chileno de ayudar a Ecuador privando de combustible a la fuerza armada peruana que combatía en el norte y requería de los barcos para el transporte de ese combustible. Esto sin mencionar la venta de armas de Chile a Ecuador en plena guerra, pese a su condición de país garante. ¡Qué tales rateros “garantes”!

- Relacionado: Perú recibió ayuda de Costa Rica durante la Guerra del Pacífico.

Artículo original

miércoles, mayo 06, 2009

¿Vecinos revanchistas?

- Relacionado: La guerra no declarada de Perú contra Chile

Bastó que en Chile se anunciara la intención de comprar 18 aviones de guerra F-16 a Holanda, para que desde Perú se recibiera una andanada de críticas y “consejos” por parte del Presidente de esa nación y su Ministro de Relaciones Exteriores. Da lo mismo lo que Chile haga o deje de hacer, la reacción oficial en Perú - también la oficiosa -, estará siempre marcada por un cierto tono rencoroso hacia nuestro país, donde a menudo afloran los revanchismos históricos.

No es mi intención realizar un análisis histórico/sociológico sobre esta situación, sino más bien señalar un hecho concreto que siempre enturbiará las relaciones bilaterales, dependiendo de la coyuntura política o social por la que atraviese el vecino país en un momento dado. Chile es la excusa fácil, el “chivo expiatorio” al cual echan mano los políticos peruanos cuando necesitan distraer o manejar la opinión pública local.

Pero no es sólo en el ámbito político donde se da esto. Los que hemos viajado a Perú para realizar negocios u otros trabajos profesionales, hemos podido constatar lo fácil que es para los peruanos caer en actitudes odiosas y francamente ofensivas hacia Chile, sin que medie provocación alguna de nuestra parte. Al parecer, es suficiente el mero hecho de ser chileno.

Pues bien, ahora el general peruano Edwin Donayre acaba de entregarnos uno de esos “consejos bien intencionados” que nos llegan frecuentemente desde el otro lado de la frontera, en el cual afirma que “…el Estado chileno, que lamentablemente con su actual posición incierta y ambigua incide cada día en un mayor distanciamiento, situación que exige que los inversionistas chilenos asentados en Perú invoquen a sus respectivos políticos para que asuman una posición clara frente al veredicto de La Haya sea cual fuere.”

Es difícil imaginarse a nuestros hombres de negocio haciendo precisamente lo que Donayre pide en la cita anterior. Los chilenos en general somos bastante realistas respecto de nuestros vecinos, y los verdaderos sentimientos que tienen hacia Chile. Varias encuestas nacionales realizadas durante los últimos dos años recogen una percepción sobre la región, en la que aparecen como amigos de nuestro país aquellas naciones que realmente sienten empatía hacia Chile (Brasil, Colombia, etc.), y como poco amistosas aquellas naciones que en los hechos demuestran no querernos.

Concluir que esa realidad percibida por nuestro “ser colectivo” es un asunto negativo, sería un grave error de interpretación. Además, los chilenos no tenemos por qué sentirnos culpables por darnos cuenta de cómo son las cosas en el mundo que nos rodea, y actuar de acuerdo a esta percepción. Martín Heidegger nos instaba en sus libros a comprender profundamente nuestro “ser”. Este puede entenderse de manera muy somera como aquello que instala y mantiene a los entes concretos en su propia realidad. Explicado de otra forma, el gran pensador alemán nos estaba diciendo que “debemos tratar de ver las cosas tal cual son”.

Chile debe mirar la realidad regional tal cual esta se presenta, y manejarse de acuerdo a su mejor conveniencia e interés. El hecho de ser dadivosos no va a cambiar mucho esa realidad.

Artículo original

Vargas Llosa y la peste

- Relacionado: La guerra no declarada de Perú contra Chile

Nota: Cesar Hildebrant es un periodista peruano que se las da de intelectual y objetivo, pero no es más que un antichileno odioso que se despacha contra Chile porque SI, porque odia a los chilenos y ya. Señor Hildebrant, en Chile NO HAY un Humala, NO HAY reservistas humalistas vestidos de combate vendiendo diarios antichilenos para financiar su movimiento, NO HAY grupos de intelectuales y ex diplomáticos movilizados contra Peru (como el grupo Jorge Basadre), NO HAY cadenas de correos reenviadas entre los chilenos llamando a no comprar tal o cual producto por ser peruano ni llamando a boicotear los restaurantes peruanos ni a perjudicar a sus connacionales en Chile (como las cadenas de correo que se envían entre sí los peruanos), etc. Este ratón de biblioteca antichileno, es TAN SUBJETIVO E IRRACIONAL que hace un par de meses se despacho contra Sebastián Piñera, pero llamándolo SERGIO PIÑERA (ni siquiera un hermano de Piñera se llama así, para justificar la confusión), y mezclando la mitad del currículum de Sebastián Piñera con el de su hermano JOSE Piñera. Así de "SERIO" y "OBJETIVO" es el ejemplar Cesar Hildebrant. Imagínense COMO SON los demás periodistas peruanos, si este es uno de sus mas ilustres y respetados representantes. Aquí lo pueden ver despachándose contra Chile y las inversiones chilenas en Perú. Finalmente, ¿qué tienen que ver la compra de armas y el nacionalismo? otro absurdo de este "peruano insigne" (Suiza es un país neutral que no ha tenido guerras por muchos años, pero cada suizo recibe un fusil y una caja de balas cuando cumple 18 años, y tiene que ir a practicar tiro recurrentemente, ¿va a invadir a alguien Suiza? ¿son armamentistas los suizos?... de hecho tienen un gasto en defensa mayor a Chile).

por César Hildebrandt

Todo lo que Mario Vargas Llosa dijo sobre el nacionalismo lo debió decir en Santiago de Chile, la capital del país que ha invertido diez mil millones de dólares en un plan militar “disuasivo” dirigido exclusivamente al Perú.

Pero, claro, cuando va a Santiago, al gran novelista sólo se le ocurre hablar de libros de caballería y de lo bien que lo hace la socialista archinacionalista y ultramilitarista Michelle Bachelet. Digamos que un poco de equidad no le haría mal.

“El nacionalismo es la peste del siglo XX”, dice Vargas Llosa, equivocándose otra vez de siglo.

El nacionalismo, como lo sabe cualquier estudiante de Estudios Generales, se vincula, como proceso, a los siglos XVIII y XIX y se nutrió de muchos fenómenos, entre ellos la Revolución Francesa y los movimientos revolucionarios que hicieron posibles, por ejemplo, la creación de las modernas Italia y Alemania.

El nacionalismo le plantó cara a los rezagos reaccionarios implicados en la creencia de un mundo unificado por un imperio (Roma) o por una fuerza espiritual (la Iglesia). Si alguien odió el nacionalismo como movimiento de resistencia fue, por ejemplo, César Borgia, el múltiple asesino que actuaba a órdenes del Papa Alejandro VI, que era su Papa y también su papá. El papado de aliento feudal habló siempre horrores de las entidades nacionales y de los nacionalismos que se le encabritaban.

Sin el nacionalismo como fuerza modernizante Europa seguiría atada al Sacro Imperio Germánico y sin el nacionalismo Estados Unidos no habría osado liberarse de la tutela británica.

Hay nacionalismos funestos, desde luego. Uno de ellos es el procaz y asaltante nacionalismo chileno, expresado en su escudo con la famosa frase “por la razón o por la fuerza”. Otro ejemplos son el nacionalismo fascista, nazi o estalinista.

Pero decir que el nacionalismo es “la peste del siglo XX” no sólo es demostrar que de historia poco se ha leído sino es tratar de desarmar, desde la descalificación, a quienes piensan que las naciones existen, que eso de la aldea global es muchas veces una trampa y que adoptar la idea de una fórmula única de desarrollo es volver a Roma y sus legiones.

Porque lo que el célebre escritor no dice es que el nacionalismo, en su versión exacerbada y continuamente criminal, lo encarna Estados Unidos de América, que está en Irak como antes ocupó Cuba y que está en Afganistán como antes incineró a Vietnam.

Y es que el nacionalismo hecho buba y depravación, el nacionalismo como pandemia porcina, ya no se llama nacionalismo porque la palabra no le basta y el concepto no lo puede contener.

El nacionalismo salido de cauce y de fronteras, ése que al gran novelista no le disgusta demasiado desde hace treinta años, se llama, al final, imperialismo. Y la globalización es el triunfo del nacionalismo de los Estados Unidos y de la Europa liderada por la señora Merkel, los señores Sarkozy y Berlusconi y el pobre diablo de Brown.

El nacionalismo te puede llevar al abismo. Sobre todo cuando es el nacionalismo de tu vecino armamentista que se prepara para agredirte mientras tú confías en el derecho internacional, los fueros del pacifismo y los discursos de algunos intelectuales.

El nacionalismo de un pequeño país es, en todo caso, una anécdota. El nacionalismo delivery de los Estados Unidos es un oprobio. ¿Y cómo llamar al nacionalismo israelí en Gaza? ¿Disgustará al extraordinario escritor la idea del Gran Israel bíblico abriéndose paso entre niños acribillados, muros racistas y retroexcavadoras? Estoy seguro que sí. ¿Por qué no hablar de ese nacionalismo entonces?

Cuando Estados Unidos de América protege a sus granjeros con miles de millones de dólares en subsidios, burlándose así de la Organización Mundial de Comercio y de su propio discurso, ¿es la capital del mundo liberal globalizado o el viejo Washington de la United Fruit?

Está muy bien hablar del nacionalismo. Pero sería mucho más temerario hacerlo en Santiago de Chile o en Boston. O en Tel Aviv.

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domingo, diciembre 28, 2008

El antichilenismo "maquillado" de Alan García: García pide a los peruanos seguir ejemplo de héroes de la Guerra del Pacífico

El mandatario Alan García pidió a sus compatriotas que sigan "el ejemplo de la unión" de los héroes de la Guerra del Pacífico, que enfrentó entre 1879 y 1884 a su país con Chile.

García visitó este sábado la Cripta de los Héroes, un monumento construido hace cien años para rendir tributo a los principales héroes peruanos de esa guerra.

El mandatario enfatizó que en 2009 los peruanos tendrán nuevos desafíos y pidió "seguir el ejemplo de unión legado por los héroes nacionales, quienes enfrentaron no solo a un poderoso enemigo externo, sino también a la división y los apetitos políticos internos".

Añadió que su país necesita "energías sicológicas, unión de todos los peruanos para hacer frente a nuevos problemas".

"Es un punto de inspiración y una referencia trascendental estar delante de los restos de quienes han construido con su muerte, con su valor, entrega y heroísmo, nuestra patria y lo sustantivo de su espíritu", enfatizó.

Durante su visita a la Cripta, ubicada en el cementerio Presbítero Matías Maestro, el más antiguo de América, García homenajeó a los héroes de la Guerra y, sobre todo, a los que murieron defendiendo a Lima, en enero de 1881.

"Venimos al finalizar el año 2008, que ha sido un buen año, para enfrentar 2009 cuyos enigmas y problemas aún no conocemos en su verdadera dimensión. Qué mejor, antes de enfrentar un nuevo reto, que buscar el auxilio y el confortamiento espiritual de quienes lo dieron todo por el país", señaló.

García pidió que se realicen obras para ampliar la Cripta y permitir que reciba los restos de otros héroes, que se unirán a los del almirante Miguel Grau, el coronel Francisco Bolognesi y el mariscal Andrés Avelino Cáceres, entre otros. (Lima, EFE).

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.