
Nelson Podesta Esparza (50) estaba preso hasta ayer. Su defensa pidió su libertad, pero a cambio, el fiscal Alberto Aguilera le ofreció utilizar una tobillera con monitoreo GPS para que pueda movilizarse entre las comunas de Providencia, Ñuñoa y Las Condes. La defensa aceptó y el 4º Juzgado de Garantía también aprobó la solicitud, por lo que dictó la medida cautelar de arraigo en las citadas comunas.
Así, el imputado por una estafa de $250 millones utilizará exactamente el mismo sistema que controló el arresto domiciliario del millonario estafador Bernard Madoff.
De esta manera, además, la Fiscalía Oriente aplicó en forma inédita este sistema en nuestro país. Se trata de un plan piloto que contempla un contrato con la empresa "Familia en Línea" que, por el momento, aportó cinco aparatos de monitoreo.
"Permite saber dónde está una persona en tiempo real. La empresa tiene un sistema de monitoreo, pero no hace falta que alguien esté frente al computador, porque la información se va registrando. Al mismo tiempo, tiene un sistema de aviso para cuando la persona incumple la medida cautelar impuesta por el tribunal de garantía", explicó el fiscal regional oriente, Xavier Armendáriz.
El ministro de Justicia, Carlos Maldonado, afirmó que "estamos legislando para instaurar este mecanismo para el control de las penas alternativas a la prisión, para los casos más graves de delitos sexuales y de violencia intrafamiliar".
Existen dos sistemas disponibles: una tobillera con GPS que aporta todos los movimientos del imputado y un brazalete para controlar arresto domiciliario.
"Cuando la persona ingresa a la zona de restricción establecida por la fiscalía, nos envía un mensaje que indica que el imputado está burlando lo acordado. Inmediatamente, se toma contacto con el fiscal y se le avisa que la persona está en un área prohibida", dice Carlos Riera, ejecutivo de "Familia en Línea".
El sistema tiene un costo de 350 dólares mensuales ($180 mil). El GPS debe ser recargado a diario, durante una hora. Si no es recargado, el sistema envía una alerta y comienza a vibrar. Si el portador lo interviene o corta, también avisa. El imputado incluso se puede bañar con él.
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