Salieron de las universidades top del mundo. Tenían en sus cabezas proyectos de alto potencial. Y estaban en La Meca de la industria de internet analizando cómo partir sus negocios. Así son los siete primeros emprendedores que han llegado al país como parte de Start-Up Chile, el programa que busca convencer a las mentes brillantes del mundo para que inicien aquí sus empresas.
Estaban una estadounidense, un israelí, un francés, un argentino y un costarricense degustando comida peruana en Chile. Cierto, parece un chiste de esos que empiezan ‘había un boliviano, un peruano y un chileno’, pero no, no lo es. Efectivamente, el jueves 30 de septiembre, jóvenes de todas esas nacionalidades almorzaban en el restaurante de comida peruana El Ají Seco, en el centro de Santiago.
Y no era un almuerzo de delegados de la ONU ni nada parecido. En la cita se reunían por primera vez todos los emprendedores que habían llegado hasta ese día para participar en el Start-Up Chile, el programa con el que el gobierno busca traer a los mejores talentos del mundo que están comenzado un negocio. La idea es que sus empresas partan en nuestro país, de ahí el nombre del programa, que se puede traducir como Puesta en marcha Chile.
Hasta ahora los resultados han sido impecables. El plan piloto contempla que en una primera etapa sean 25 las compañías que partan en el país y de ese número ya hay 20 proyectos seleccionados. Cuatro ya están instalados en Chile. El último llegó recién esta semana. Los 21 restantes debieran arribar de aquí a fin de año. Los emprendedores de las tres primeras empresas fueron los que la semana pasada almorzaron juntos, creando así una especie de embajada de Silicon Valley en nuestro país.
En Palo Alto
Sí, Silicon Valley. El famoso valle ubicado en California es conocido por ser el lugar donde se concentran las compañías tecnológicas más innovadoras del mundo. Basta con decir que Apple, Google y Yahoo! tienen sus cuarteles generales ahí para hacerse una idea del nivel de la industria de esta zona. Precisamente ése es el lugar de procedencia de casi todos los proyectos seleccionados por el programa. De hecho, los siete emprendedores que han llegado hasta ahora aterrizaron en Chile provenientes desde Silicon Valley.
En la parte operativa del programa trabajan tres personas. Dos están en Chile y una tercera, el ingeniero Diego Alcaíno, está precisamente en Silicon Valley, convenciendo a las mentes brillantes de allá para que pongan en marcha sus negocios aquí. Como incentivo, el gobierno les entrega US$40 mil, unos $20 millones, para que inviertan en su proyecto, facilita la tramitación de su residencia y los conecta con las redes de inversionistas de capital de riesgo.
Desde hace cuatro meses, Alcaíno está instalado en Palo Alto, California, dando a conocer el programa. “Se preocupa de contarle a lo mejor de lo mejor de Silicon Valley que nosotros existimos y ha hecho una pega impresionante. Ha logrado comunicarse y sentarse a la mesa con gente notable. Desde importantes miembros de blogs como Techcrunch hasta gerentes de empresas de internet. Por lo mismo, está enfocado a buscar en las mejores universidades, como Stanford”, cuenta Diego Philippi, coordinador operativo de Start-Up Chile.
Y los Silicon boys han enganchado. Al programa han postulado más de 90 personas y el número de quienes han ingresado al formulario y aceptado los términos y condiciones supera los 500. Nicolás Shea, secretario ejecutivo del Comité Interministerial de Innovación, explica que en Silicon Valley se estima que hay entre 100 mil y 200 mil potenciales emprendedores itinerantes, que están entre proyecto y proyecto o están a punto de poner en marcha uno. “Hay una energía emprendedora súper fuerte. Además, allá hay muchos extranjeros que se van a estudiar o trabajar y hoy EEUU está con una política migratoria súper restrictiva. Por eso, muchos extranjeros no tienen la certeza de si podrán quedarse. Entonces, la invitación para partir en nuestro país puede ser bastante oportuna”, asegura Shea.
En el sitio web de Start-Up Chile se realiza una comparación de cuánto puede costar a un emprendedor instalarse en Chile en comparación con Silicon Valley. En el saldo final, nuestro país resulta ser mucho más barato. Por ejemplo, en EEUU por el arriendo de un departamento pueden pagar mensualmente entre US$1.000 y US$1.500, mientras que aquí ese ítem promedia los US$500. Y en Chile los gastos de comida y otros afines no superan los US$200 y en California fácilmente puede alcanzar los US$700 al mes. “Es mucho más barato partir acá que en Silicon Valley, quizás la mitad de barato”, acota Shea.
Selección cosmopolita
El miércoles 25 de agosto aterrizaron en Chile el israelí Amit Aharoni y el francés Nicolas Meunier. Ambos son los emprendedores detrás de Cruisematch, un proyecto online que apunta al mercado de los viajes, y los primeros del programa Start-Up Chile en llegar. Y al ser los pioneros, apenas arribaron tuvieron una apretadísima agenda de reuniones “y un tratamiento VIP”, como se consigna en el blog del programa. Tan VIP que al día siguiente tomaban un café con el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, en su oficina del Santiago Downtown.
El día anterior, el mismo que llegaron, habían almorzado con profesionales de Economía y Corfo -las dos instituciones detrás de Start-Up Chile- y en la tarde realizaron los trámites de inmigración que, para cada uno de los participantes del programa, tendrán un tratamiento fast track. El jueves, además, abrieron una cuenta bancaria, se reunieron con Manuel Concha, quien será su mentor en Chile, y terminaron la jornada en el Bar Liguria, donde degustaron realmente el sabor de la comida chilena: empanadas, pastel de jaiba y pisco sour.
Así es más o menos la rutina que han tenido durante sus primeros días los emprendedores que han llegado desde Silicon Valley: trámites de inmigración, apertura de cuenta bancaria, reuniones de presentación y, por supuesto, búsqueda de un lugar para vivir. Es lo que han hecho los segundos en llegar, el argentino Javier Pájaro y el costarricense André Hess, socios de Junar, que está desarrollando un software de datos; la estadounidense Paige Brown, cerebro de Tripeezy, otro proyecto en internet para el sector turismo; el alemán Andreas von Hessling y la chino norteamericana Maxine Liang, ambos de Ai Merchant, proyecto enfocado al desarrollo de inteligencia artificial, que llegaron a Chile recién el miércoles de la semana pasada.
“Con 16 millones de habitantes, Chile es una gran plataforma de mercado para tu idea”, recomendaban estos últimos en su web, semanas antes de partir a nuestro país, con un título que afirmaba que “Chile is the new black”.
Según Philippi, en el equipo del programa han estado concentrados en recibir a los emprendedores, “y que estén cómodos para que empiecen a producir. De hecho, ya están todos trabajando y han tenido reuniones con diferentes proveedores, así que el mercado ya se ha enterado de que están acá y están buscando servicios”. LND realizó a Start-Up Chile la solicitud para conversar con estos emprendedores, pero en el programa explicaron que por ahora su política sólo contempla las entrevistas con medios extranjeros.
Los Chino Ríos de los negocios
Algunos egresaron de la Universidad de Stanford. Otros del Georgia Institute of Technology. Incluso, uno de los socios detrás de Cruisematch tenía una posibilidad concreta de trabajar en Apple -sí, la firma detrás del famoso iPhone-, pero prefirió apostar por emprender su proyecto turístico en Chile.
Ese es el perfil de los emprendedores que están en este programa. “La gran mayoría tiene más de dos títulos universitarios y uno de ellos es de alguna de las top 20 universidades del mundo, como Standford, el MIT y Caltech. El nivel es espectacular. Son personas con currículos atómicos, que podrían trabajar en la consultora que quisieran, ganando sueldos impresionantes, pero no, prefieren emprender, sacarle el jugo a su idea sabiendo que hay una posibilidad de fallo”, explica Philippi.
El coordinador operativo del programa asegura que esta formación no es una condición sine qua non. “Si no llegaran a tener una formación académica realmente espectacular, evaluamos su historial emprendedor y las capacidades técnicas que requiere el negocio que está generando. Por ejemplo, pronto llegará un tipo con un proyecto que tiene más que ver con el diseño y el arte y que no requiere tanta academia como sí talento y, por lo tanto, se evalúa distinto”, sostiene el profesional.
Nicolás Shea explica que, convenciendo a estos cerebros de Silicon Valley de que emprendan en Chile, se busca alcanzar uno de los objetivos del programa, que es conectar a Chile con el mundo. “Estamos generando vínculos con personas que pueden ser punta de lanza de un emprendedor exitoso. Son tipos que traerán talento, generarán riqueza y pueden ser un vínculo bien efectivo para generar redes. Además, la interacción con esos emprendedores puede acelerar la globalización de los chilenos. Cuando estamos muy aislados, nos olvidamos de que vivimos en un mundo más grande y tener gente de diversas culturas y lugares permite cambiar las conversaciones”, plantea el asesor del Ministerio de Economía.
Para acercar estas mentes brillantes a los chilenos, el programa contempla su participación en charlas y encuentros, para que puedan conocerlos y hacerles preguntas. “Los primeros vienen recién llegando, así que no se han generado eventos, pero en el corto plazo la idea es invitar a gente local para que conozcan a estos emprendedores y se empiece a generar cierta transferencia”, explica Philippi.
Shea usa una metáfora tenística para explicar una de las metas que buscan alcanzar con Start-Up Chile: “En emprendimiento nos faltan más Marcelo Ríos. Cuando fue número uno del mundo, todos andaban jugando tenis en la calle. Y esto es una manera de estimular el emprendimiento de alto potencial. Que puedan demostrar que en Chile se pueden hacer empresas grandes. Sean chilenos o extranjeros me importa bastante menos que lo hagan aquí, empleando a nuestra gente”.
EN LA MIRA DE LOS INVERSIONISTAS
“Queremos focalizarnos en que les vaya bien y conectarlos con la gente correcta”, explica Nicolás Shea sobre uno de los propósitos de Start-Up Chile. Es por eso que el programa contempla la realización de encuentros entre los emprendedores y los actores más relevantes del emprendimiento y de la industria de capital de riesgo, como fondos de inversión y redes de inversionistas ángeles.
Varios de los primeros proyectos que llegaron ya están en la mira de los inversionistas chilenos. “Hemos tenido la suerte de interactuar con algunas de estas empresas. Particularmente, a Junar la hemos analizado como una alternativa de inversión. Es una buena oportunidad de negocio, con su riesgo, pero hay un tema de tecnología, un buen equipo de emprendedores y, por lo tanto, es una oportunidad de inversión atractiva”, confidencia Nils Galdo, director ejecutivo de ChileGlobal Angels.
Gonzalo Miranda, socio fundador de Austral Capital Partners, cuenta que en este fondo de inversión “estamos recién empezando a conocer las primeras camadas de emprendedores. Es un programa bastante nuevo, pero lo vemos con un tremendo interés”. Y el socio fundador de Aurus Gestión de Inversiones, José Miguel Musalem, asegura que en su oficina ha recibido a los equipos de dos de los proyectos, “pero fue una conversación más que nada de presentación”.
Artículo original
Las emprendedoras Chilenas Marlene Olivari, Quenita Larrain y Pamela Diaz estan reclamando, que fueron ellas ,las que comenzaron este programa en Silicon valley, lo mismo hace desde Italia, Sabrina Salerno y por ultimo, el presidente de visita en Londres, recibio una carta personal de Samantha Fox, tambien declarandose precursora, en este tipo de acuerdos.
ResponderBorrarvaya que loco! Espero que se forme el ecosistema.
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