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Expectativas y confianza en el rumbo de la economía. En esos dos factores se puede resumir el funcionamiento de las bolsas mundiales.
Y como se basa en las percepciones humanas, el pánico o la euforia pueden determinar el curso de las transacciones.
Eso puede provocar episodios como el que vivió el Dow Jones en Estados Unidos, que llevó a una fuerte caída, pues todo queda en manos de la oferta y demanda de acciones.
El ex gerente general de la entidad, Cristián Solís de Ovando, asegura que la Bolsa nacional contempla las autoregulaciones necesarias.
Hay tres herramientas para evitar casos como el de Wall Street: de partida, no existe un sistema de venta automático de acciones cuando los precios bajen demasiado, como sí ocurre en Wall Street.
Además, las compras de acciones están limitadas a 100 mil UF por vez, para evitar una gran compra masiva.
Por último, para evitar sobrereespeculaciones, si una acción sufre una variación de más de 10%, postiva o negativa, automáticamente se suspende la transacción de dicho papel.
Mecanismos que le dan un sello más específico al mercado accionario chileno.
Si a eso se suma que las transacciones en Chile son mucho más bajas, y representan cerca del 1% del total mundial, las posibilidades de un colapso en el sistema bancario se reducen aún más.
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