El historiador Británico Felipe Fernández-Armesto ha dicho que si existe un rasgo cultural latinoamericano es la "Fracasomanía". Y es bien cierto porque a través de la historia Sudamérica ha buscado siempre a quien imputarle sus problemas. Esta forma de ser fue incentivada durante la mayor parte del siglo XX por la guerra fría; desde el lado revolucionario-soviético se diseminaba la idea de que todos los males tenían su origen en el imperialismo yanqui; la que con el triunfo de la revolución cubana alcanzó su máxima expresión.
La corrupción de las elites, la ineficiencia de las políticas públicas o las quimeras ideológicas de caudillos como Perón , Fidel o Chavéz nada tienen que ver con los fracasos.
Tras la caída del muro y el fin del socialismo real en Europa del Este y Rusia, esta costumbre de responsabilizar al “empedrado”, parecía en retirada. La globalización de los 90 abrió la posibilidad a los países latinoamericanos de llegar con sus bienes y servicios al primer mundo, mejorando su ingreso per cápita y niveles de desarrollo. Chile, Perú, Colombia, Brasil y Uruguay se subieron a este carro con excelentes resultados. Basta observar los índices de desarrollo humano de estos países para darse cuenta de los enormes progresos experimentados. Como resultado de la prosperidad económica y la elevación de la autoestima la retórica anti imperialista retrocedió hasta casi desaparecer y hoy no forma parte del discurso político, ni siquiera de la izquierda mas dura y recalcitrante. Hay excepciones, por supuesto; son las naciones atrapadas en un ideologismo trasnochado cuyo resultado ha sido el mas estrepitoso fracaso económico, la falta de democracia y la división social. Países que han caído bajo el yugo de caudillos que tratan desesperadamente de revivir el discurso anti imperialista para justificar su ineficacia y falta de honestidad de sus gobiernos y que, además aspiran a perpetuarse en el poder como Ortega, Chávez, Evo, Correa y los hermanos Castro.
En Chile el mérito de los avances económicos y sociales de los últimos 20 años corresponden a la Concertación. Pero por desgracia ha optado por rechazar este galardón, execrar su obra y asumir un discurso ultra crítico de la realidad que no es compartido por la mayoría de los ciudadanos. Como lo dijo el escritor Jorge Edwards al anunciar que por primera vez en su vida no votaría por la centro izquierda: “El último invento retórico es que la campaña de Freí será una lucha contra «el poder del dinero». Es un recurso a la truculencia, pero no me convence nada. El gobierno de Ricardo Lagos, el más constructivo y creativo de la Concertación, gobernó a través de un buen entendimiento simultáneo, siempre conversado, negociado, con las fuerzas del trabajo y de la empresa. Michelle Bachelet puso el énfasis del gobierno suyo en la no exclusión de las mujeres y en la protección social, pero, a través de su ministro de Hacienda, mantuvo un trato prudente, inteligente, con los sectores empresariales y financieros. En las grandes democracias modernas, en Alemania, Francia, España, el poder del dinero existe en gloria y majestad, pero controlado, contrapesado, limitado por las leyes, la opinión pública, los sindicatos, los partidos de izquierda. Son democracias criticables, susceptibles de reformarse, de perfeccionarse, pero nadie pretende volver a los lentos, paquidérmicos, insensibles Ogros Filantrópicos (para citar al poeta Octavio Paz) del siglo pasado. ¿Más Estado? Mi respuesta es clara: mejor Estado, y lo menos burocrático, lo menos autoritario que sea posible”.
Por eso es que la suerte está echada y el 17 de enero Frei perderá la elección. Ninguna coalición puede conservar el respaldo mayoritario de los ciudadanos si su candidato y sus dirigentes se dedican, como lo han hecho durante toda esta campaña, a la autoflagelación; con ello se han distanciado irremediablemente de una población que cuya psicología ha cambiado profundamente, que es aspiracional, independiente y conciente de sus derechos.
La "guinda de la torta" en este largo camino de autodestrucción del espíritu concertacionista, ha sido el conferir el titulo de “progresista” al PC Chileno, único en el mundo que aún no denuncia las violaciones a los derechos humanos en Cuba, con el único fin de sumarlos a una Federación Anti Piñera y captar unos cuantos votos que igual no le serán suficientes para ganar.
MEO tenía razón: Chile cambió y dejó atrás cúpulas oficialistas, pifiadas por sus propios seguidores en el Nacional (y que dijeron no haberlas oído), que no fueron capaces de interpretar a la mayoría, que se farrearon esta elección.
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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.
La realidad es que es una gran mafia economica donde los paises poderosos no te permiten hacer tus propias reglas de desarrollo economico de nuestros paises.
ResponderBorrarEste debe estar aprobado por su sistema e intereses y se podra observar que en el intercambio la mejor parete siempre se la llevaran ellos.
O te alineas o te castigamos, no te compramos, te enbargamos, te cobramos, no te vendemos, te aislamos.
Es por eso que sudamerica tiene que hacer un gran esfuerzo para poder competir de igual a igual e imponer tambien condiciones.
El solo hecho de pertenecer a clubes internacionales de comercio demuestra como esta organizado este sistema, que xcon el poder del dinero se permite no comprate y comprar mas caro en otro lado, de dar proteccionismo a sus imdustrias y por otro lado proibir que nosotros lo hagamos.
El no buscar un nuevo sistema nos hace sus victimas aunque pencemos que somos sus socios.
Por el momento no nos queda otra solucion, pero si nos unimos como deberia ser otro seria el cuento.