sábado, junio 20, 2009

Perú: Unas relaciones infructuosas

Nota: Llama la atención el llamado de los medios serios de Perú (esto fue tomado de El Comercio, algo así como El Mercurio) a frenar la migración de bolivianos hacia ese país, por los intercambios de descalificaciones entre Evo Morales y Alan García. ¿Cómo reaccionarían los peruanos si en Chile si El Mercurio comenzara a hacer llamados a detener la migración de peruanos, por los constantes conflictos levantados por Perú y los desconocimientos peruanos a acuerdos reconocidos por décadas? ¿No estarían acaso llamando a incendiar la pradera y acusando a los chilenos de toda clase de barbaridades? A modo de ejemplo basta recordar cuando el Alcalde de Santiago decidió construir un centro gastronómico a los peruanos, de manera que no vendieran sus productos en las calles de Santiago. En Perú lo acusaron de crear un ghetto y de ser racista, xenófobo y antiperuano... eso, aunque su ex esposa era justamente peruana y sus hijos son nietos de un ex presidente de Perú. Los peruanos son unos inconsecuentes... nada que sorprenda en todo caso. Además, noten "el tono" de las expresiones peruanas contra Bolivia... Perú debe CASTIGAR y RETALIAR en todos los campos posibles a Bolivia. Insinuando incluso que Perú está casi casi a punto de declarar la guerra a Bolivia. Además, aprovechan sus conflictos con Bolivia -como no- para alimentar el odio contra Chile y sus fantasías sobre las intensiones oscuras y/o envidias chilenas hacia Perú. ¡Seguro! como con el gas :D (estan pensando en prohibir la exportación de gas a México aunque una compañia invirtió miles de millones de dólares con ese propósito, porque las reservas no les alcanzan ni siquiera para el consumo interno), siguen soñando que Chile quiere el gas peruano, cuando el puerto regasificador de Quintero va a recibir su primer embarque de GNL a fines de este mes y el puerto de Mejillones -al norte de Antofagasta- tiene un 70% de avance y recibirá el primer buque con gas, también proveniente de Trinidad y Tobago, en diciembre de este año. En todo caso, si Bolivia y Chile acordaran algo sobre las aguas del lago Titicaca, es un asunto entre Bolivia y Chile, donde, mientras Bolivia respete sus acordos con Perú, ese país no tiene derecho a inmiscuirse. En todo caso, hace tan sólo dos días se aprobó una inversión de $3.500 millones de dólares para la construcción de una planta desalinizadora para la minería en el norte de Chile, y finalmente, las más interesadas en construir una planta nuclear en Chile son las compañias mineras, que desean instalarla en el desierto, precisamente para utilizar su capacidad para generar abundante agua dulce a muy bajo costo. Para terminar, esta actitud peruana con Bolivia muestra lo COBARDES que son los peruanos. Yo no he visto JAMAS que hagan los mismos llamados a castigar o retaliar a Chavez, ni a Chile. Se muestran en extremo agresivos con Bolivia sólo porque la saben más débil.

Estimado lector, tras las sucesivas intromisiones de Evo Morales en nuestros asuntos internos es correcto que el canciller García Belaunde lo haya calificado como “enemigo del Perú”. Esa enemistad amerita una activa retaliación o “respuesta de castigo” en los campos político, diplomático, económico y social.

Estamos en una etapa de “pax castrense”, que equivale a la zona gris entre la coexistencia integradora y el conflicto. En la extensa frontera común (1.509 km) eso nos obliga a cautelar enfáticamente nuestros derechos —apetecidos por la alianza emergente entre Chile y Bolivia— sobre el lago Titicaca, el río Desaguadero, el lago Poopó y el salar de Coipasa. Recordemos, a propósito, que los chilenos ya demostraron interés por una solución a la mediterraneidad boliviana con fórmulas de canje que le permitan acceder a la cuenca del Titicaca.

La retaliación obliga, luego, a controlar la migración indiscriminada hacia nuestro sur andino, donde es grave que la comunidad aimara-boliviana siga desplegándose sin respetar fronteras, mientras alienta la construcción de una utópica nación autónoma que afectaría nuestro territorio.

Adicionalmente, debe interrumpirse el modus vivendi informal y criminal que afecta desde el Altiplano boliviano hasta Arequipa, Moquegua y Tacna (con irradiación en Cusco y Ayacucho).

Históricamente, la integración se basó en el eje minero de Lima-Huancavelica-Potosí-Salta. Tras la guerra del Pacífico la minería boliviano-chilena (desarrollada sobre bases de antinacionalismo) generó un eje que nos excluyó. Luego, el circuito de la lana de camélidos benefició moderadamente el industrialismo primario arequipeño, y el mercantilismo y el trazo ferrocarrilero sureños. Hoy prima, en cambio, el contrabando (asociado al narcotráfico del Chapare y los traficantes del norte chileno) valorizado en unos US$800 millones anuales, sustentado en una “culebra” que empieza entre La Paz y El Alto, discurre por Puerto Acosta y se interna en el Perú por los pueblos fronterizos de Janco Janco, Nintalla y Tilale. Cortar esa “culebra” ayudaría a que los migrantes ilegales bolivianos se replieguen y presionen políticamente en su país, cesando aquí un activismo violentista que acompañó la crisis guerrillera de los años 60.

Complementariamente, debemos revisar el tratado de integración y para la conformación de un mercado común, que hoy es inviable. También deben denunciarse los convenios de Ilo (1992) que acordó el fujimorato, concediendo amplias facilidades portuarias y de libre tránsito a través de territorio peruano hasta la zona innoblemente llamada Bolivia-Mar. Además, debiera condicionarse la integración de carreteras hasta que Bolivia demuestre intención cooperadora en el contexto del Eje IIRSA.

Por sembrar la desconfianza Morales es culpable de interrumpir una normal dinámica fronteriza territorial, económica y cultural. A nosotros nos compete resguardar Puno (cuyo presidente es separatista) y fortalecer el sur andino, desplegando inversiones productivas y tropas, no para “belicizar” nuestra política exterior, sino para regular con energía las relaciones infecundas con Bolivia.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:25 p.m.

    Al parecer el chilenito que escribe su comentario en rojo desconoce los tratados entre Perú y Bolivia. No se puede negociar con ninguna potencia extranjera el Titicaca. Por eso es que de hacerlo caerían en la violación de un tratado internacional, nuevamente como cuando intentan darle salida a Bolivia por el norte de Arica, donde se viola otro tratado internacional.

    Vamos a ver a donde llegan los violadores de tratados que se arman para lograr sus objetivos expansionistas. No estén llorando después porque en el Perú se les deteste.

    ResponderBorrar
  2. Anónimo11:52 p.m.

    Definitivamente el Sr Morales se esta yendo de boca contra el Peru, que no hay otro tema de que hablar aparte de molestar al gobierno Peruano?
    Bueno hay quien le hace caso...

    ResponderBorrar