domingo, enero 10, 2010

La estrategia de Escalona para mantenerse en el poder tras el 17 de enero

El año 2009 no pudo despedirse de peor forma para el presidente del PS, Camilo Escalona. El 2010 tampoco lo recibió mejor. Hasta la media tarde del 31 de diciembre, cuando ya las calles del centro de Santiago estaban semivacías, estuvo tambaleando en su cargo en la mesa del partido luego de que el día antes renunciaran José Antonio Gómez y Pepe Auth. El 1 de enero, las malas noticias llegaron desde el ámbito familiar: su suegra, madre de Ximena Tricallota, falleció durante la mañana debido a una complicación respiratoria. Fue una sorpresa para el clan: la mujer, Regina López, había estado en perfectas condiciones celebrando el Año Nuevo en su casa, donde también había estado su yerno Camilo Escalona.

El presidente del PS vive una compleja situación política desde mediados del año pasado. Tras la primera vuelta, sin embargo, la presión por su salida se hizo insostenible. La renuncia de Escalona y de los otros jefes de partidos fue la condición que puso ME-O en la noche de las elecciones para dar su apoyo a Frei. Luego vinieron los abucheos a los dirigentes partidarios en el court central del Estadio Nacional durante el relanzamiento de la campaña oficialista, el 16 de diciembre (en la Concertación todos coinciden en que las pifias de los asistentes iban dirigidas preferentemente a Escalona). Después vino la caída de Auth y de Gómez... y su nueva arremetida el 31 de diciembre para mantenerse a la cabeza del PS. Hasta el ex Presidente Ricardo Lagos dijo esta semana que los jefes de partidos deberían haber renunciado justo después de la primera vuelta.

En el Congreso esta semana se mostró como siempre: un animal político duro de roer. De hecho, el miércoles se reunió y fotografió con la nueva plana mayor de la Concertación, en la que hubo hasta risas: el propio Escalona, Juan Carlos Latorre (DC), Fernando Meza (PR) y Adriana Muñoz (PPD), la misma que horas después de asumir reconoció que la Concertación estaba quebrada en dos.

Pero quienes han conversado con él en el PS dicen que atraviesa días duros: sabe que ante la opinión pública es el símbolo de una vieja y criticada forma de hacer política, sobre todo después de negarse a renunciar. Tan delicada es la situación que, al menos hasta el viernes, guardaba un cuidado silencio ante los medios de comunicación, interrumpido apenas por declaraciones escuetas de pasillo. Las peticiones de entrevistas se acumulan en la calle París 872, pero Escalona se mantiene como el único jefe de partido que no ha querido hablar desde la crisis de las renuncias.

Como sea, él y su círculo ya han diseñado varias estrategias para capear el temporal y mantener el control del PS. Gane o pierda Eduardo Frei.

La Moneda 2014

Pase lo que pase el 17 de enero, uno de los planes del escalonismo es invitar a todos los dirigentes renunciados a volver al PS: Jorge Arrate, Carlos Ominami, ME-O... La operación no tiene que ver con que finalmente regresen -Carlos Ominami, por ejemplo, no está dispuesto a volver aunque ya haya anunciado que votará por Eduardo Frei-, sino en hacer un gran gesto de inclusión. Cercanos a Escalona aseguran que la idea está aprobada y que se afinarán los últimos detalles después del 17.

Pero las tácticas del escalonismo para mantener el control del partido tienen que ver, sobre todo, con una eventual derrota de Frei.

El PS es un partido que tiene cientos de militantes repartidos en el aparato público, y, al perder el gobierno, Escalona de partida deberá administrar los encendidos ánimos de quienes temen perder sus puestos de trabajo. Los socialistas saben que, de salir de La Moneda, la noche del 17 de enero será de cuchillos largos. Se cobrarán las cuentas y, seguramente, la mesa del PS no será ratificada el día 23 por el pleno del comité central.

Los cercanos a Escalona dicen que no debería serle difícil salir del escenario complejo, ya que es senador y lo será por otros cuatro años. En la disidencia, sin embargo, hacen notar que su circunscripción está muy amenazada en vistas a 2014 debido a la fortaleza del diputado socialista por la zona, Fidel Espinoza.

Pero aun fuera de la presidencia del partido, el escalonismo tiene herramientas para seguir controlando la tienda e influyendo en la Concertación. Quienes han conversado durante los últimos días con Escalona señalan que, aunque el dirigente no se caracteriza por ser autocrítico, tiene claro que el conglomerado está en crisis y que necesita una reformulación.

El plan es lanzar un nuevo acuerdo entre el centro y la izquierda para copar el espacio que pretende llenar el "eje progresista" que Marco Enríquez-Ominami intenta organizar junto a sectores del PPD y el PR. Así la DC y el PS seguirían siendo los ejes clave de la Concertación, pero se reformularían los principios básicos, tal como se hizo en 1988 cuando se creó el conglomerado.

Respecto del PS, parece estar todo meridianamente claro. Aunque Escalona no es mayoría absoluta en el partido, su sector, la Nueva Izquierda, mantiene una importante y sólida primera minoría. Es la razón por la que no es difícil imaginar que en las próximas elecciones internas del partido, en abril próximo, sea Osvaldo Andrade quien se quede con la jefatura de la colectividad.

El ex ministro del Trabajo es un antiguo aliado de Escalona, y aunque pretende hacer una gestión diferenciadora, no está dispuesto a serle desleal a su amigo y compañero de tendencia. En ese sentido, de ganar, Andrade llegará a la presidencia del PS con una tarea bien específica: instalar a Michelle Bachelet lo antes posible como la carta presidencial del socialismo para las elecciones de 2013. Es la única forma de cortar de raíz cualquier afán presidencial proveniente de otros partidos de la centroizquierda. Ya sean Guido Girardi, José Antonio Gómez o el mismo Marco Enríquez-Ominami...

No es un secreto que la relación entre la Presidenta y Escalona es estrecha. Nada más nítido que el gesto público que realizó la Mandataria el 31 de diciembre, justo cuando la mesa del PS discutía la permanencia de Escalona como timonel del partido. "Él ha tenido una actitud que me deja con una deuda de gratitud para siempre", dijo Michelle Bachelet, y el presidente del PS se salvó. La estrategia de Escalona para mantenerse en el poder tras el 17 también gira en torno a la Presidenta.

Artículo original

3 comentarios:

  1. Da risa este tipo. quedo pegado en el año 73 el y todos los de la concertacion. y la concertacion HOY por HOY no es prenda de garantia de catapultar a CHILE como una nacion moderna desarrollada y competitiva en lo economico y social.

    ya esta weno que renuncie el tonto

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  2. Anónimo6:58 p.m.

    gargamel es un odioso sediento de poder prefiere que pierda frei y la concertacion antes de perder un poco de poder por eso debe ser derrotada la concertacion para que vuelva a sus raices y saque a todos estos viejos añejos y natre a la calle

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  3. Gargamel EScalona y Lagos Weber, representan lo podrido de la concertacion.-

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