Cuando anoche se inició la operación de rescate en la mina "San José" y se puso fin a 69 días de angustia que conmovieron al mundo por la magnitud del accidente que dejó atrapados a 33 mineros, Chile entero se estremeció de alivio, alegría y orgullo.
Se ha vivido una gesta, y las gestas requieren poco comentario, porque su fuerza se evidencia por sí misma. "El Mercurio", como todos los chilenos, se inclina con respeto, admiración y gratitud ante la magnitud y generosidad del esfuerzo desplegado, con el unánime apoyo nacional, la solidaridad del mundo y la activa colaboración de muchos países y empresas chilenas y extranjeras, así como de innumerables hombres y mujeres, muchos de cuyos nombres no son conocidos y quizás nunca lo serán.
Trabajadores y empresarios, técnicos y profesionales de diversas especialidades, las Fuerzas Armadas y de Orden, las autoridades -desde el Presidente de la República hasta anónimos funcionarios- y simples particulares, se aunaron en hacer absolutamente todo lo posible por salvar así fuera una sola vida, sin reparar en sacrificios personales y materiales, sin cejar ni en los momentos de mayor desesperanza.
Los frutos se están recogiendo en estos mismos momentos, y más allá de cualquier amargura vivida, son éstas horas de alegría. El país ha dado una prueba de admirable unidad solidaria, pero si este sentimiento no se hubiera canalizado en acción eficaz, en madurez de organización por sobre cualquier diferencia de otro origen, no habría despertado el reconocimiento mundial que recae sobre Chile en estas horas.
Las labores de rescate en curso -rodeadas por los votos de éxito de todos quienes las siguen minuto a minuto, dentro y fuera de nuestras fronteras- son muestra de una potencialidad profunda del espíritu, a la que Chile puede volver ante cada adversidad que pueda deparar el futuro.
Hay motivo de legítimo orgullo en este logro de un país apartado y en tantos aspectos aún subdesarrollado, capaz, sin embargo, de consagrar una asombrosa organización y eficacia a la consecución de un resultado como este. Él es obra de todos sus sectores sociales, en una página inolvidable de su historia.
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