martes, octubre 19, 2010

Efectos políticos de "los 33"

Estos acontecimientos terminaron por quebrar el servicio de la Concertación en el partido de quién se preocupa por la gente.

EL RESCATE de los mineros ha remecido a Chile y al mundo. Cómo no emocionarse y enorgullecerse ante las imágenes a 622 metros de profundidad de un minero tras otro subiendo a la cápsula, para luego de unos minutos verlos emerger sanos y salvos en la superficie. Y todo funcionando como un reloj suizo, aquí en Chile.

Imágenes que barajan el mazo de naipes político en varios sentidos. Sobre todo en uno bien de fondo, pues fueron acontecimientos que terminaron por quebrar el servicio de la Concertación en el partido de quién se preocupa por la gente.

Desde siempre la Concertación puso en ejecución un guión simple y con la maestría comunicacional que la caracteriza: ellos son los que se preocupan por los pobres y los trabajadores, mientras que la derecha sólo quiere proteger a los empresarios y tapar todo tipo de abusos. Era cuestión de atribuir siempre las más aviesas intenciones y salir gananciosos, lo que se facilitaba porque los políticos de la Alianza invariablemente reaccionaban deshaciéndose en explicaciones, tratando de justificar que no son lo que son.

Pero ya no va más. El guión comenzó a ser disonante con la realidad. Veinte años de multiplicación del gasto público, la burocracia y la ineficiencia en áreas como salud o educación, de directa incidencia en la situación de los pobres, pusieron de relieve que la protección de la gente era más discurso que realidad. Se percibió y les costó el poder. Antes de entregarlo, vino el terremoto y los chilenos después tuvimos la oportunidad de conocer una filmación indiscreta de la reunión de las autoridades esa noche, que mueve a preguntarse en manos de quiénes estábamos. Incluso, un prohombre del régimen justificó no sacar las tropas cuando el saqueo venía, porque para la Concertación era insoportable entregar el gobierno con los militares en las calles. O sea, lo que importaba eran ellos y no la gente.

Y finalmente, el desastre de los mineros. Muchos tienen hoy la fuerte percepción de que si no hubieran estado Piñera y su gente al mando, quizás no los encuentran a tiempo. Fue por la determinación, voluntad de realización y genuina preocupación humana que todo terminó en un rescate increíble.

¿Quiénes se preocupan más por los pobres, los trabajadores o los vulnerables: los que se llenan la boca con ellos o los que hacen cosas concretas por ellos? La respuesta ahora para los chilenos es obvia. Se acabó la superioridad moral de la Concertación; ya no corre la lógica maniquea de que en la política hay buenos y malos. La verdad es que todo los que están en política se preocupan de los más necesitados y tienen propuestas honestas -aunque divergentes- para enfrentar los problemas que les aquejan. Y la gente decide a cuáles les da la oportunidad de ponerlas en ejecución.

El Presidente Piñera queda con un capital político enorme, porque cuando proponga una medida que suene dura, nadie podrá argumentar que es debido a que no le importa la gente.

La coalición de gobierno debiera sacar molde y tener su propio guión: que a la Concertación no les importan los pobres, que sólo ha perseguido el poder y que denostar no soluciona nada; que lo único que sirve es ser efectivo. Y ya está claro quién gana ese partido.

Artículo original

1 comentario:

  1. Anónimo3:14 a.m.

    jajajajajajajajajajaja otro sobreexcitado más q cree q cambió la realidad... acaso el accidente no fue culpa de empresarios inescrupulosos q tratan por todos los medios de que no hayan regulaciones y de evitar cumplir las q hay con el solo afán de generar ganancias?, y quienes son los q apoyan a este tipo de personas?: los mismos de siempre q se oponen a reformas laborales en el Congreso... y aunque el rescate fue algo maravilloso de este gobierno, no nos olvidemos de lo principal: los responsables del accidente, a ellos hay q hacerles vales dicha responsabilidad.

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