jueves, octubre 07, 2010

Chile se prepara para rescatar a los mineros

A unos cuantos metros de alcanzar a los trabajadores atrapados, las autoridades preparan la estrategia final para sacar a los 33 mineros

El equipo de rescate de 33 mineros atrapados hace dos meses a 700 metros de profundidad recibió el miércoles una gigantesca grúa para evacuar a los trabajadores, tan pesada quizás como la decisión que debe tomar sobre si reforzar o no el interior del túnel por el que saldrán los obreros.

La decisión de reforzar con tubos de acero el túnel es crucial. Si no se hace, los plazos para el rescate se acortan, pero al mismo tiempo si algo sale mal -como que se atasque jaula en la que serán izados los mineros uno a uno- el daño puede ser enorme, según distintos especialistas.

Los médicos y encargados de atender a los mineros atrapados desde el 5 de agosto dijeron a los periodistas que recibieron como donación de la empresa de lentes Oakley, en California, 35 pares de anteojos, dos de ellos para los ministros de Minería, Laurence Golborne, y de Salud, Jaime Mañalich.

Los mineros deberán cerrar los ojos al acercarse a la superficie y, ya afuera, esos lentes les serán colocados para evitar daño a su vista después de estar más de dos meses en penumbras. Primero, en oscuridad total, y luego aunque luego recibieron luz artificial desde la superficie, ésta no se compara con la potencia del sol luminoso de esta zona en medio del desierto.

''Son mineros, no vampiros'', dijo Jean Romagnoli, médico y preparador físico de los mineros, consultado si se teme daños a la vista por el sol.

Agregó que antes de subir, los 33 tendrán que ayunar ocho horas para evitar malestares en la subida.

Alejandro Pino, de la Asociación Chilena de Seguridad (laboral) destacó que desde el viernes pasado y hasta el próximo viernes, los mineros tendrán una hora diaria de entrenamiento para enfrentar a la prensa.

''Los veo extraordinariamente bien...están dispuestos'' a hablar con la prensa, dijo Pino. El entrenamiento incluirá preguntas ''feas, malas e indiscretas'', sobre su experiencia abajo, su vida personal y la familia.

Además de la grúa llegaron, a la mina 16 rescatistas, encabezados por Ovidio Rodríguez, un ingeniero en minas.

''Sin duda es una de las tareas más difíciles'', dijo Rodríguez. ''Estamos muy confiados en que esta misión va a ser exitosa''.

René Aguilar, que dirige el operativo de la jaula o cápsula y de los rescatistas, ratificó que dos socorristas descenderán al fondo del socavón y decidirán el orden de subida de los 33, mientras otros cuatro los recibirán arriba. Hay suficientes rescatistas para realizar turnos de unas 12 horas cada uno.

Entretanto, el equipo que maneja las perforadoras recibió en la jornada siete brillantes camiones rojos llegados de Santiago, 850 kilómetros al sur, llevando partes de una gigantesca grúa que puede elevar hasta 400 toneladas, y que bajará y subirá la cápsula, y se usará en el reforzamiento con tubos, o ''casing'', del túnel.

''Tenemos que reducir los riegos'', dijo Aguilar, subjefe del operativo de rescate.

Los riegos, han dicho Aguilar y el jefe del operativo, André Sougarret, es que pueda trabarse la jaula en un segmento del túnel, que no es totalmente vertical sino que tiene una inclinación como una suerte de suave cascada de agua, que al caer a un lago o río llega vertical.

Debido a esa inclinación existen riesgos al introducir los tubos de acero de 12 metros cada uno, desde abajo hacia arriba, debido a esos grados de inclinación, ya que si bien los tubos tienen cierta flexibilidad, se desconoce con exactitud cuánta resistencia tienen.

El profesor Miguel Mellado, director de Ingenieria en Construcción de la Universidad Central, dijo que, basándose en la información disponible hasta ahora, es preferible reforzar todo el pozo.

Se sabe que en los primeros 100 ó 150 metros la roca está fracturada. ''Si la roca está en buen estado no sería necesario encamisar la parte más cercana adonde se encuentran los mineros''.

Dijo que el riesgo de no reforzar el túnel es que ''con el roce y con la fricción, la cápsula puede quedar atrapada o se pueden producir desprendimientos y generar la obstrucción del pozo''

Añadió que también está la posibilidad de que al desprenderse rocas, caigan al fondo como un verdadero proyectil, desde una altura equivalente a un edificio de 210 pisos''.

Omar Gallardo, ingeniero en minas, profesor del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Santiago, dijo a la AP que ''el problema del encamisamiento va a depender de cómo se presente la superficie de esas perforaciones''.

Si las superficies son suaves y lisas y no hay posibilidad de desprendimiento de rocas y ''no es necesario encamisar'', pero si se pone irregular, ''hay que reforzar sí o sí'', agregó.

''Con la información disponible, y para no correr ningún riesgo, yo encamisaría. Seria lo menos riesgoso para los mineros'', concluyó.

La decisión la tomarán Sougarret y su equipo.

Sougarret informó que una de las tres perforadoras que cavan la roca, la T130 o Plan B de rescate, avanzó hasta los 519 metros de profundidad y su meta son los 624 metros para llegar al taller cercano al refugio donde esperan los mineros.

''Coincidentemente, en el asunto (de profundidad) estamos a un metro de una galería; por lo tanto tenemos que pasar con muy baja presión...para evitar cualquier desmoronamiento de la galería'', indicó Aguilar.

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