domingo, mayo 30, 2010

Europa adopta soluciones a “la latinoamericana”

El viejo continente está viviendo una inestabilidad que ameritó la intervención del FMI, decretó alzas de impuestos, recortó salarios estatales, paralizó obras públicas y congeló pensiones, una receta ya probada en países subdesarrollados.

Un Fondo Monetario Internacional (FMI) rescatando a una economía al borde de la quiebra, sugiriendo su estricta receta de ajuste fiscal a ese país y a sus vecinos para evitar un contagio. La escena recuerda lo ocurrido la década del 80 América Latina, sin embargo, hoy lo está viviendo el viejo continente.

La preocupación por el estado de las economías de la Unión Europea se profundizó la semana pasada. Los temores que acechan al bloque, donde la crisis de déficit fiscales podría extenderse al sistema bancario, hicieron desaparecer casi por completo de la pauta las tensiones geopolíticas entre Corea del Norte y del Sur, al mismo tiempo que acaparaban la atención del foro anual de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) que se efectuó jueves y viernes en París.

El pánico, la desconfianza y el miedo de repetir nuevamente lo de septiembre de 2008 (cuando se dejó caer a Lehman Brothers) llegaron incluso hasta las zonas más lejanas del planeta. Chile no fue la excepción, lo que se reflejó en constantes pérdidas de valor bursátil, por una aversión al riesgo y porque en los últimos años Europa ha sido destino de cerca de 25% de nuestras exportaciones, destacando minería (70% del total), industria (23%) y agricultura (6%).

Aunque por ahora el efecto de la crisis en Europa estaría acotado, economistas consultados por LND coinciden en que se podría estar frente a la segunda parte de lo que se denomina una recuperación económica con un esquema en W de altos y bajos. Pero en lo que todos están de acuerdo es que los gobiernos tenían que aplicar medidas de shock.

Para María Catalina León, de Banco Penta, la combinación de medidas tendientes al aumento de ingresos por medio de alzas de impuestos y la reducción de costos era indispensable para restablecer el orden fiscal y lograr el objetivo acordado para los años venideros.

Pero el economista jefe de BCI, Jorge Selaive, señala que los países que salen más rápido son los que logran disminuir costos, indicando que “todos los países tienen una historia distinta e idiosincrasia, pero las crisis dan cuenta de que las medidas que apuntan a la reducción de gastos son más efectivas que apuntan a la obtención de ingresos vía impuestos”.

El origen de los excesos

Los niveles de deuda pública de los países europeos sobrepasaron los límites adecuados, lo que se ha demostrado en los desplomes de los mercados bursátiles y en la calificación de riesgo por parte de las agencias de rating a Grecia, Portugal y España. Sin embargo, la atención va más allá, pues existen otras economías en las mismas condiciones.

En efecto, Italia es el país con mayor nivel de compromisos públicos en relación al porcentaje del PIB, al totalizar el 2009 un 115,8%. Le siguen Grecia con 115,1% y Bélgica, con 96,7% (ver infografías). En contraste, Chile se escapa de esta situación, puesto que la deuda del gobierno central apenas sobrepasó el 6% en 2009, debido a la política de prepago de compromisos con parte de los recursos obtenidos del cobre.

¿Cómo se llegó a esta situación? Un informe del banco suizo UBS explica la crisis porque los gobiernos permitieron que sus deudas fiscales aumentaran más que el crecimiento de economía. Las naciones europeas estaban combinando rigidez en los mercados, menor competitividad y generosas aportes del Estado de bienestar en salud (atención gratuita en hospitales y entrega de remedios casi a costo cero), pensiones y seguros de cesantía a una población cada vez más envejecida. En Grecia, por ejemplo, la edad legal de jubilación es de 65 años, pero en la práctica las personas se retiraban, en promedio, a los 61,4 años. Es por eso que ese país busca frenar el mayor costo que esto significa, elevando la edad límite y prohibiendo la pensión anticipada. En Francia, la edad mínima es de 60 años, la más baja de la Unión Europea, pero el trabajador tiene que haber cotizado 40,5 años. Estas son sólo una muestra de las políticas que empezaron a modificarse para hacer más sostenible el sistema.

Sin embargo los altos grados de deuda pública han existido por años, lo que dejó en evidencia esta fragilidad, en la que pocos habían reparado, fue la debacle mundial ocasionada por el mercado de hipotecas de alto riesgo en EEUU en combinación con una ingeniería financiera que propagó los efectos a nivel mundial. “La crisis financiera y la recesión que le siguió han tenido profundas repercusiones en la economía global. Uno de los legados es el fuerte aumento de la deuda pública en prácticamente todas las economías avanzadas, lo que representará un gran desafío para los responsables de las políticas económicas. El endeudamiento ha alcanzado niveles récord en tiempos de paz”, sostiene UBS en un reporte dedicado a esta materia. Es decir, lo que hubo fue un traspaso de deuda de privados –bancos y empresas inmobiliarias- que fueron rescatados por los distintos gobiernos.

El escenario complejo para los europeos también se advierte al analizar las cifras de balance fiscal (resultado del Estado de un año), pues Irlanda anotó un déficit superior al 14% de lo que produce su economía, mientras que Grecia algo más de 13%. Como referencia, Chile tuvo un saldo negativo en 2009 de 4,5% del PIB, en gran medida por las iniciativas para enfrentar la crisis internacional.

Dado el escenario descrito, UBS plantea que la deuda pública sobre el PIB en las naciones desarrolladas puede continuar subiendo si no se toman medidas decisivas. “Más aún, las estimaciones actuales indican que el endeudamiento está a punto de atravesar el umbral donde la deuda misma se convierte en un lastre para el crecimiento. Los pasos drásticos que los gobiernos tendrán que dar para consolidar las finanzas públicas (que ya comenzaron a realizar) tendrán grandes consecuencias para las economías y los mercados financieros”, concluyó.

Precisamente la discusión que viene ahora es cuánto podrá afectar al crecimiento económico el conjunto de medidas de ajustes fiscales llevadas a cabo por los gobiernos. En primera instancia, las proyecciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) apuntan a aquello, pues mientras observa una reactivación en la mayoría de las principales economías del mundo, en el bloque de moneda común la situación se mantendría relativamente estancada, avanzando la mitad que EEUU este año, es decir, 1,12% frente a 3,2%.

La excepción sería Alemania, que crecería 1,9% y 2,1% este y el próximo ejercicio, sustentado en que los fundamentos se mantienen y “sugieren una sólida expansión hacia adelante”, afirmó en su reporte el organismo (ver nota secundaria).

Hora de ajustes

El relajo europeo ha obligado a la toma de drásticas medidas en los países de la comunidad para que la crisis no tenga efectos más severos. Con el objetivo de ordenar sus arcas fiscales, las economías más endeudadas están actuando en dos líneas fundamentales: aumento de ingresos a través de alzas de impuestos y reducción de costos a través de disminución del gasto fiscal, congelación salarial, paralización de contratación pública y ajustes en el sistema de pensiones.

Muchas de éstas ya estarán operativas en octubre, como el plan con un horizonte a tres años de Grecia y que contempla un rescate por US$146.000 millones. Con ello se pretende reducir el déficit del 13,6% del PIB a menos del 3% en 2014. Para ello se elevarán impuestos, se congelarán salarios por tres años y se paralizará la contratación pública. Adicionalmente se aumentará la edad de jubilación de las mujeres y se requerirán 40 años de cotización para cobrar el 100% de la jubilación.

En España y Portugal, en tanto, se anunció el congelamiento de las pensiones y la rebaja de salarios de los funcionarios públicos hasta en 15% y alzas de impuestos para controlar las cuentas fiscales.

En el Reino Unido se recortará el gasto público para reducir en unos 7.125 millones de euros el déficit del país, estimado en unos 117.840 millones de euros. Destacan entre otros ahorros de 683 millones de euros en el Ministerio de Transportes; unos 889 millones de euros en gobierno local y de comunidades; unos 953 millones de euros en el Ministerio de Empresa y unos 763 millones de euros en Educación.

En tanto, en Italia, el gobierno tiene previsto congelar durante tres años los sueldos de los funcionarios, a la vez que se paralizan las contrataciones en el sector público, como una de las medidas para reducir el déficit del 5,35% previsto para este año al 5% en 2011. A esto se sumará un recorte de gastos del 10% en los ministerios y la parte correspondiente al retraso de al menos seis meses del acceso a la pensión.

Entidades internacionales como la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional comprometieron recursos por unos 750.000 millones de euros para minimizar el impacto en las naciones comprometidas, lo que se complementará con la liquidez que entregarán los bancos centrales de la zona euro, EEUU, Inglaterra, Canadá, Suecia y Japón.

Todos estos planes se deben sumar al que inició anteriormente Irlanda en 2009 para reducir en 5.300 millones de euros el gasto público hasta diciembre próximo, a través de una rebaja de hasta el 15% del sueldo de los funcionarios, la reducción de plantillas y la paralización de las inversiones en infraestructuras, junto con alza de impuestos para mayores salarios.

En cambio, Francia tiene en estudio una medida que apunta al sistema de pensiones, lo que podría derivar en el retraso de la edad de jubilación, actualmente en 60 años.

Todas estas medidas, sin embargo, han despertado el descontento ciudadano, por lo cual se han organizado jornadas de protestas

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