NUEVA YORK.- Una palmadita en la espalda o una caricia tranquilizadora en el brazo pueden ser un arma poderosa para influenciar la conducta, de acuerdo a un nuevo estudio.
Y estos gestos también podrían determinar si una persona invierte en un emprendimiento financiero riesgoso o decide ir a lo seguro.
"Es una forma muy efectiva de influir repentinamente en la conducta de otros sin que ellos se den cuenta (...)", dijo Jonathan Levav, profesor de administración y marketing en la Columbia University, en Nueva York.
"Para un médico o un empleado en ventas, esta es una forma de comunicación que es importante tener en mente", agregó en una entrevista.
Los resultados de Levav, que fueron publicados en la revista Psychological Science, están basados en una serie de experimentos que involucran al tacto.
En un estudio, 67 hombres y mujeres tuvieron que elegir entre recibir un pago en efectivo y hacer una apuesta peligrosa y luego fueron tocados en el hombro o la espalda por investigadores de ambos sexos.
Levav y su coautora, Jennifer Argo, de la University of Alberta, en Canadá, hallaron que ambos sexos eran más propensos a elegir las apuestas sin garantías de ganar si alguien los había hecho sentir más cómodos, sobre todo mediante el toque de una mujer.
En otro experimento, 105 personas tuvieron que asignar su dinero a una de dos inversiones: un bono que rendía un retorno del 4 por ciento anual o un acuerdo riesgoso sin ganancia garantizada.
Nuevamente, las personas que recibían una caricia en el hombro de una mujer eran más propensas a elegir la opción más insegura.
Levav y Argo sugirieron que la conexión entre la comodidad y el riesgo se remonta a nuestros primeros recuerdos del contacto humano.
"Una simple palmada en el hombro de parte de una mujer en señal de apoyo puede evocar sentimientos similares a la sensación de seguridad que daba una madre en la infancia", escribieron en el estudio.
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