Yo...o el caos

¿Por qué será que hay políticos expertos en predecir un futuro más negro que tetera de Boy Scout cuando no los eligen a ellos?

Ahora la Concertación...o lo que queda de ella, anda vociferando a voz en cuello que de ganar Sebastián Piñera el país se va a convertir en un berenjenal... en un caos absoluto y Chile será un país ingobernable.

Pregonan que se desatarán eclosiones contenidas por mucho tiempo, la ola de huelgas será interminable, no ingresaremos a la OCDE, nos dejarán fuera del Mundial de Fútbol y hasta podrían sacarnos del globo terráqueo.

Y siguen con sus sombríos vaticinios: que no habrá pago de la deuda histórica de los profes, que las cuentas atrasadas de luz y agua las van a empezar a cobrar en UF, y que el PRI se convertirá en partido nacional.

Esta salmodia –predicada con convicción de canuto- es tan falsa como errada.

El gobierno militar asustó a buena cuota de chilenos haciéndonos creer que Patricio Aylwin era como Fidel Castro, en versión un poco más renovada.

En Francia Charles De Gaulle solía decir que si no lo elegían a él, el país se vería enfrentado al despeñadero. ¡Y qué decir de los Kirchner!

Esta es una engañifa que no se sostiene.

El país está mas maduro. Los chilenos hemos pagado muy caro los errores políticos del pasado y ha costado mucho tener una economía y una política debidamente sanitizadas como para tropezar con las mismas piedras.

No percibo una simetría clara entre conflictividad social y sello político de los gobiernos. En Bolivia hay un presidente de izquierda con alto índice de conflictividad social. México vio asomar la rebelión de Chiapas con el eterno y majadero PRI; y Venezuela no es precisamente un oasis de paz social. Por su parte, Sarkozy no enfrenta problemas diferentes a los que enfrentó su antecesor, monsieur Jospin.

¿Por qué en Chile un gobierno de centro-derecha o derecha a secas habría de tener más o menos violencia social que la acontecida durante los gobiernos de la Concertación?

¿O nos olvidamos de las reacciones masivas contra el Transantiago, del paro de los pingüinos y de las marchas de los profesores? Y podemos agregar los destrozos callejeros en el Día del Joven Combatiente, la permanente revuelta mapuche y al sindicalista del PC Cristián Cuevas con sus buses incendiados camino a la mina de El Teniente.

Que un gobierno de Piñera sería tan ingobernable como el Titanic en el río Aysén es parte del lenguaje de barricada de los nostálgicos del pasado.

¿Estamos?

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