Co-fundador de la Concertación y padre de un candidato independiente a la Presidencia de Chile, el senador socialista Carlos Ominami asegura que la coalición gubernamental está acabada y advierte que la derecha tiene posibilidades reales de hacerse con el poder.
"He llegado a la conclusión de que Chile ha cerrado un ciclo político; en rigor, el ciclo de la Concertación terminó con el presidente (Ricardo) Lagos; la presidenta (Michelle) Bachelet está abriendo uno nuevo", asegura Ominami en entrevista con Efe.
Aunque se siente "más socialista que nunca", el pasado 27 de junio Ominami cedió a la presión de la cúpula socialista y renunció a 25 años de militancia en el partido que algún día soñó convertir en "la casa común de la izquierda".
Pocos días antes, había aceptado hacerse cargo de la campaña presidencial de su hijo adoptivo, Marcos Enríquez Ominami, un joven diputado situado en tercer lugar en las encuestas que semanas atrás también abandonó las filas socialistas.
Aunque su trayectoria política está ligada a la historia de la Concertación (fue vicepresidente de la coalición, ministro de Economía en el gobierno de Patricio Aylwin y jefe de campaña de Ricardo Lagos), Ominami es muy crítico con la evolución del bloque de centro izquierda que gobierna Chile desde hace 20 años.
"Si hubiera sido por los partidos políticos, Bachelet no habría sido presidenta de Chile, a ella la propusieron los ciudadanos", afirma.
En 1988, Ominami escribió un ensayo cuyo título -"El Desafío de la Incertidumbre"- podría aplicarse a la actual situación política de Chile, porque "el viejo orden no termina de morir y el nuevo orden no termina de nacer".
Carlos Ominami (Santiago, 1950) fue militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), la organización que combatió por las armas la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En 1976, en desacuerdo con la llamada "política del retorno" -que supuso el exterminio masivo de los militantes que retornaban a Chile en plena dictadura- Ominami renunció al MIR y se alistó en Convergencia Socialista.
En 1984 se afilió al Partido Socialista y empezó a trabajar activamente "para armar el ejército de siete millones de votantes que derrotó a Pinochet" en el plebiscito de 1988.
Hoy día, está embarcado nuevamente en un proyecto político "que tiene riesgos y amenazas", pero le entusiasma la idea de volver a estar "en un combate de verdad" para apoyar la carrera presidencial" de su hijo adoptivo.
"La Concertación es una coalición claramente declinante, se están saliendo muchas personas y no es la expresión política de la nueva ciudadanía que estos gobiernos democráticos contribuyeron a formar", opina.
Ominami opina que "es antinatural" que los electores chilenos tengan que decidir entre dos "ofertas del pasado": el ex presidente y candidato de la Concertación, Eduardo Frei, y el empresario y militante de la alianza opositora Sebastián Piñera, que ya fue derrotado en enero de 2005 por Bachelet.
Y cuando se le pregunta por la dificultad de que el 13 de diciembre próximo Marco Enríquez Ominami pase a la segunda vuelta y dispute la presidencia en enero, el senador responde que en apenas 90 días de precampaña ya han logrado un 14 por ciento de apoyo.
"La elección presidencial está muy abierta, todavía faltan cinco o seis meses", repone Ominami, quien recuerda que "al inicio de la elección norteamericana, Barack Obama no era para nada el favorito, sino un 'outsider' completo".
Carlos Ominami está convencido de que la única forma de evitar que la derecha gane las elecciones presidenciales por primera vez en medio siglo es que no sea Eduardo Frei, sino Marco Enríquez Ominami, quien se enfrente a Sebastián Piñera en la segunda vuelta, el 10 de enero.
Por eso le ha pedido a Adolfo Zaldívar, Alejandro Navarro y Jorge Arrate -antiguos compañeros de la Concertación que hoy también aspiran a la Presidencia- que apoyen a su hijo.
"Marco es un candidato más competitivo que Frei frente a Piñera; ésa es la gran opción para derrotar a la derecha", asegura.
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