martes, junio 09, 2009

Trinidad y Tobago: Un gigante del gas natural

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Trinidad y Tobago es el quinto mayor productor de Gas Natural Licuado (GNL) del mundo, tiene la primera planta de GNL construida en el hemisferio occidental en los últimos 25 años y es líder mundial en exportación de metanol y amoníaco. En sólo tres décadas y con reservas inferiores a las que posee Venezuela, el país caribeño es el más industrializado del Caribe y tiene una de las economías más sólidas de la región.

Visión, planificación, eficiencia y seriedad, son sólo algunas de las ideas que surgen al revisar el desarrollo de la industria del gas natural en Trinidad y Tobago, un país pequeño, con 1.300.000 habitantes, que se ha convertido en un verdadero gigante en materia de producción y exportación de gas natural, así como en la expansión hacia otras industrias conexas. Cuál ha sido la clave del éxito: proyección y ausencia de miedo, parece ser la respuesta.

Con reservas probadas y probables de 20 y 35 trillones de pies cúbicos, respectivamente, el país caribeño suministra hoy en día la mitad del gas natural licuado que se consume en Estados Unidos y es un proveedor importante para el mercado español.

En tan sólo 30 años se ha posicionado como uno de los cinco principales productores de gas natural en el mundo, se ha convertido en líder mundial en la producción de amoníaco y metanol y cuenta con la planta de licuefacción más grande y moderna del mundo, siendo el quinto mayor exportador de GNL después de Argelia, Indonesia, Qatar y Malasia.

La industria energética genera el 72% del total de las exportaciones de Trinidad y Tobago y representa el 26% de su Producto Interno Bruto. Actualmente y desde hace siete años el gas sobrepasa al petróleo en importancia. Para julio de 2003 el promedio de ventas de gas fue de 2.503 millones de pies cúbicos al día. Para 2006 la producción de petróleo estará por el orden de los 200.000 barriles al día.

Con el gobierno como promotor, la inversión privada extranjera ha sido actor clave en el desarrollo del sector energético. En los últimos cinco años la inversión extranjera directa en Trinidad y Tobago ha sido de $5 billones. Para el próximo quinquenio el gobierno espera cifras entre $8-10 billones.

“En la década de los 70 todas las proyecciones indicaban que la producción de petróleo se iba a reducir considerablemente en Trinidad y Tobago y fue imperativo mirar hacia el gas como una nueva fuente de ingresos”, comentó a VenEconomía Sheelagh de Osuna, embajadora de Trinidad y Tobago en Venezuela.

La diplomática señaló que esta realidad llevó al gobierno a actuar con rapidez y brindarle a los inversionistas extranjeros las facilidades necesarias para acometer proyectos costosos y de alto riesgo para la exploración y producción de gas natural en el país.

En opinión de la Embajadora, Trinidad y Tobago tuvo mucha suerte ya que el precio del gas subió y gracias a la visión de las compañías; al empuje que le dio el gobierno nacional, que desde el comienzo ha sido un promotor importante del proceso; y a las reservas con que cuenta el país, fue posible desarrollar una industria energética de primer orden con resultados positivos en todas sus áreas.

Trinidad y Tobago tiene una de las economías más estables del continente americano, con cifras de crecimiento de 5% en los últimos años, superando la crisis que vivió en la década de los 80 cuando la recesión y la baja en los precios del crudo generaron una reducción del 26% de los ingresos petroleros.

Disfruta de la inversión extranjera per cápita más alta en el Caribe y América Latina y es el segundo lugar más importante de inversión directa norteamericana en el Hemisferio Occidental. En los últimos años, ha emergido como centro financiero en la región del Caribe.

Licuando para exportar

Parte del posicionamiento alcanzado por la industria del gas natural en Trinidad y Tobago radica en haber visualizado sin timidez un proyecto de las proporciones de la Planta de Gas Natural Licuado Atlantic o más conocido como Atlantic LNG, que con tres trenes en funcionamiento procesa 9,6 millones de toneladas de gas natural licuado al año.

El 48% de la producción total de gas natural de 2002 se dedicó a la obtención de GNL (LNG, su sigla en inglés). Se espera que antes de finalizar esta década, el 60% del gas natural que se produce sea destinado a este importante renglón de la industria.

La posición geográfica de Trinidad y Tobago ha permitido que, con reservas inferiores a las que tienen países líderes en la producción de GNL, se haya convertido, en tan poco tiempo, en el principal exportador para los Estados Unidos.

La construcción del cuarto tren ha sido aprobada por el Parlamento de Trinidad y Tobago dentro de los planes de expansión del complejo, que tiene su sede en Point Fortín, al sur del país. El tren 4, que estará terminado en 2006, tendrá una capacidad de producción de 5,4 millones de toneladas de GNL al año, para entregar a siete destinos que incluyen a República Dominicana y Puerto Rico. Para esta nueva etapa se ha estimado una inversión de $1,1 billones.

El gas que se procesará en el cuarto tren será transportado a través de un nuevo gasoducto que la Compañía Nacional de Gas de Trinidad y Tobago (CNG) planea construir mediante el proyecto Cross Island Pipeline. El gasoducto de 56 pulgadas será uno de los más grandes del mundo.

La Compañía Atlantic LNG de Trinidad y Tobago se formó en 1995 con el fin de desarrollar una planta de licuefacción de gas natural en el Caribe. Se constituyó con la participación de la CNG y cuatro multinacionales con experiencia en actividades de producción, transporte, mercadeo y distribución de gas natural licuado.

Construido en tiempo récord en opinión de los expertos, el primer tren tiene una capacidad de producción de tres millones de toneladas de GNL al año para exportar y 6.000 barriles de líquidos de gas natural al día. BP Trinidad y Tobago (BPTT) suministra todo el gas que alimenta este tren, cuyos dueños son:

BPTT (34%), British Gas (26%), Tractebel (10%), Repsol (20%) y la Compañía Nacional de Gas (10%).

El liderazgo logrado por Trinidad y Tobago en el sector del gas natural licuado es aún mayor si se tiene en cuenta que sólo hasta marzo de 1999, es decir, hace menos de cinco años, comenzó la operación comercial del primer tren de Atlantic LNG.

En junio de 2002 se entregó la carga número 200 proveniente del tren uno. Con los trenes dos y tres en funcionamiento las próximas 200 cargas serán entregadas en 17 meses, la mitad del tiempo antes mencionado.

Los trenes dos y tres, cada uno con una capacidad de 3,3 millones de toneladas al año, tienen como socios a BPTT, con el 42,5%, BG con el 32,5% y Repsol con el 25%. El gas es suministrado por BPTT y BG.

Uno de los aspectos más significativos del sector en Trinidad y Tobago ha sido la participación de compañías multinacionales en las diversas fases del proceso. En el caso de la planta Atlantic LNG, la inversión extranjera ha sido de aproximadamente $2 billones.

Mucho más que GNL

Diversificar los usos del gas natural con el fin de expandir la industria aguas abajo ha sido uno de los mandatos del sector desde sus inicios. Trinidad y Tobago es el primer exportador del mundo de metanol y amoníaco y tiene una importante producción de urea, hierro, acero y cemento.

Con cinco plantas de producción en funcionamiento, el país caribeño produce 2.860 millones de toneladas de metanol al año, cifra que alcanzará los 6.400 millones de toneladas para 2004 cuando entren en funcionamiento las dos plantas actualmente en construcción. Por su parte, las nueve plantas de amoniaco generan la producción de 4.485 millones de toneladas al año.

Uno de los objetivos estratégicos de la Compañía Nacional de Gas, creada en 1975 con el mandato de promover y desarrollar la industria basada en el gas natural, es monetizarlo de manera óptima y eficiente a través del desarrollo del sector aguas abajo, que incluye la industria petroquímica, la obtención de líquidos de gas natural y la licuefacción de gas, entre otros.

La CNG vende actualmente 1.100 millones de pies cúbicos

diarios de gas natural a las compañías petroquímicas y de acero en Point Lisas. Las dos nuevas plantas de metanol incrementarán la demanda en 449 millones de pies cúbicos diarios.

Para la embajadora Sheelagh de Osuna, la expansión de las actividades aguas abajo permitirá a su país obtener mayores beneficios de la industria basada en el gas natural. El GNL –dijo – es sin duda el sector líder, pero no es el que deja mayores beneficios a su país en materia de empleo y desarrollo integral.

La obtención de los líquidos del gas natural (propano, butano y etano) para su comercialización es otra de las metas que se ha impuesto el gobierno trinitario a través de la CNG. Para 2007 se espera pasar de 26.000 a 50.000 barriles diarios de etano; de 11.000 a 22.000 b/d de propano y de 5.000 a 8.000 b/d de butano.

Con la construcción del cuarto tren de Atlantic LNG se espera incrementar la extracción de etano; ya que al combinar las cantidades extraídas en los tres primeros trenes se alcanzarán cifras de hasta 52.000 barriles del líquido al día. Se proyecta construir una planta de etileno de escala mundial con capacidad de producción de 800.000 toneladas métricas anuales.

En opinión de Jairo Rincón Socorro, presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Venezolana de Procesadores de Gas (AVPG), el desarrollo alcanzado por Trinidad y Tobago en el sector petroquímico y en las actividades aguas abajo en general, reviste gran importancia si se tiene en cuenta que con ello se optimiza al máximo los usos del gas natural y una mayor monetización del recurso.

El dirigente comentó la eficiencia de Trinidad y Tobago a la hora de cumplir con las metas propuestas. Recordó cómo en 1998 en el marco de un evento organizado por la AVPG sobre la apertura del negocio del gas natural en Venezuela, el presidente de la CNG presentó a los asistentes los planes de expansión en los siguientes cinco años. “De los puntos planteados, todos se han cumplido y las compañías multinacionales involucradas en ese desarrollo siguen en Trinidad”, enfatizó Rincón Socorro.

Y Venezuela … ¿qué?

“Al que se duerme se lo lleva la corriente”, dice el popular refrán y la verdad es que frente al desarrollo logrado por Trinidad y Tobago en la industria del gas natural, Venezuela se está quedando atrás.

Con reservas superiores a las del vecino caribeño, con las mismas ventajas en cuanto a ubicación estratégica y con la experiencia de ser un país petrolero, los proyectos que echarían a andar la industria del gas natural, siguen en una suerte de limbo del que ojalá encuentren finalmente la forma de salir.

Los proyectos Mariscal Sucre, Plataforma Deltana y el Complejo Criogénico de Oriente, son las cartas con las que cuenta Venezuela para, de una vez por todas, dar comienzo al desarrollo de un sector en el que su vecino le lleva una ventaja de 30 años.

La rapidez con que se dio inicio a lo proyectado, la transparencia, la estabilidad económica y política del país, así como un marco regulatorio y fiscal moderno y globalizado, son algunos de los aspectos señalados por las personas consultadas como determinantes para el éxito logrado por Trinidad y Tobago.

El proyecto Mariscal Sucre, inicialmente llamado Cristóbal Colón y del que se comenzó a hablar en la década de los 70 cuando Trinidad y Tobago apenas iniciaba su plan para monetizar el gas natural y aspiraba convertirse en líder mundial del sector, tiene reservas de gas natural no asociado entre 12 y 14 billones de pies cúbicos. La inversión estimada es de $2,2 millardos y participarían PDVSA, Shell y Mitsubishi.

El proyecto Plataforma Deltana ha detectado en la frontera marítima entre Trinidad y Tobago y Venezuela un potencial de 38 billones de pies cúbicos de gas natural. A finales de 2002 se completó la selección de socios internacionales para las áreas dos y cuatro. En febrero de 2003 se otorgaron las respectivas licencias de exploración y producción a ChevronTexaco y Statoil.

El pasado 29 de agosto 14 empresas acudieron al acto de entrega del Contrato Macro para las licencias correspondientes a los bloques tres y cinco, que serán otorgadas antes de finalizar este año.

En agosto de este año los gobiernos de Venezuela y Trinidad y Tobago firmaron un memorando de entendimiento sobre cooperación bilateral para la exploración de las reservas de petróleo y gas en las aguas fronterizas entre ambos países.

La embajadora Sheelagh de Osuna se mostró optimista sobre la posibilidad de aunar esfuerzos y experiencias de modo que cada uno de los dos países se beneficie de la integración. Venezuela puede, por ejemplo, utilizar la infraestructura con la que cuenta Trinidad para procesar gas natural y convertirlo en gas natural licuado. Por su parte, para nuevas fases de la planta Atlantic LNG, se va a necesitar una mayor disponibilidad de gas natural.

En opinión de Jairo Rincón Socorro, quien cree firmemente que Venezuela va a desarrollar la industria del gas natural si se logra pasar de las palabras a los hechos con eficiencia y celeridad, el éxito de Trinidad y Tobago se centra en haber tenido claridad conceptual para la formulación de políticas y metas desde un comienzo, en tener un nacionalismo bien entendido en el que compañías extranjeras invirtieron en el desarrollo de un sector desde sus fases iniciales con el apoyo y participación de los entes nacionales y en haber contado con un marco legal y regulatorio moderno y globalizado.

La celeridad con que se ha dado el proceso en la isla caribeña ha sido fundamental para ubicarse en la posición que ocupa cómodamente en la actualidad. No parece pasar lo mismo con los proyectos claves de Venezuela.

Visión 2020

Como cualquier país mono exportador, Trinidad y Tobago es consciente del riesgo que representa para su economía depender única y exclusivamente de los ingresos por concepto de gas y petróleo. Ya en los 80 fue víctima de esta situación, razón por la cual diversificar la economía e invertir en el fortalecimiento de la empresa privada local se ha convertido en una obsesión para el país caribeño.

Latin Finance publicó recientemente un informe especial sobre Trinidad y Tobago, en el que señala que a pesar de generar grandes ingresos e inversión extranjera, el sector energético no es fuente de mayores oportunidades de empleo, especialmente cuando se ha superado la fase inicial de construcción y desarrollo de infraestructura necesaria. La tasa de desempleo en Trinidad y Tobago es de 10%.

El gobierno del primer ministro Patrick Manning, quien en diciembre de 2001 inició su segundo período en el poder, ha señalado que para 2020 Trinidad y Tobago debe ser una nación totalmente desarrollada en la que los ingresos por concepto de la industria petrolera y del gas natural sean equitativamente distribuidos entre la población, esto dentro del Plan Visión 2020.

Dice la publicación que al país le urge reformar su régimen fiscal, así como hacer más eficiente el sector público si quiere alcanzar los niveles de los países altamente desarrollados.

Al respecto la Embajadora en Venezuela resaltó el compromiso de los diversos sectores de la sociedad en el diseño de nuevas alternativas para diversificar no sólo la industria del gas, sino otras actividades que generen ingresos para el país, tales como el sector manufacturero y turístico.

Teniendo en cuenta que todo lo que se propuso realizar en la industria del gas natural ha sido acometido con excelentes resultados, no es arriesgado pensar que la Visión 2020 va a ser todo un hecho y que Trinidad y Tobago aprovechará todos sus recursos humanos y económicos y la experiencia lograda para consolidarse como un país altamente desarrollado y ser ejemplo para las demás naciones de la región.

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