domingo, octubre 16, 2005

Humor puede reavivar vida afectiva y sexual de la pareja

Para el filósofo Friedrich Nietzsche, "la potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar". Para los sicólogos que trabajan en sexualidad, éste proporciona el elemento esencial para evitar que la vida sexual de la pareja sea consumida por la rutina, uno de los enemigos más reconocidos y dañinos del vínculo amoroso.

En la vida el humor es siempre necesario, asegura la sicóloga Renata Ortega, del Centro de Asesoria y Capacitación en Sicología Ikastola, porque ayuda a vencer dificultades, reírse de las debilidades, aceptar tropiezos y dar un matiz positivo a los malos momentos. "En la vida sexual ocurre lo mismo, el humor nos ayuda a aprender jugando, sin evaluaciones, riéndonos de nuestros desaciertos y haciéndonos más bromas que críticas".

Juego erótico

El tipo de sentido del humor que enriquece la relación de pareja y su intimidad es, en general, uno más bien lúdico, asegura Muriel L'Osseau, sexóloga y terapeuta de pareja de la Universidad Diego Portales. "Un humor inteligente y bien utilizado puede convertirse en una poderosa arma para la seducción porque contribuye al juego erótico".

Este permite bajar las barreras del pudor y desprenderse del formalismo y la seriedad, los que -llevados al extremo- sólo entorpecen una sana vida sexual en la pareja.

Sonrisa seductora

Ahora, si entendemos la seducción como la puerta de entrada para la intimidad, la disposición es mayor y mejor frente a alguien que percibimos con buen humor. Ser una persona positiva y graciosa también juega un papel a la hora de conquistar al sexo opuesto. De acuerdo con L'Osseau, en los primeros encuentros de la pareja, es altamente valorado que la persona sea capaz de hacer reír a la otra, que pueda sacarla de sus casillas.

Risa: barómetro de la relación

"La risa es muy seductora, porque interviene en la dinámica de la sensualidad que está al servicio del deseo. Preservarla para la intimidad es casi una obligación en la pareja: la capacidad de reírse juntos es lo primero que se quiebra en una crisis", opina la sexóloga. Si se trata de parejas con muchos años de relación, Muriel L'Osseau señala que el humor refresca su vida sexual y evita la rutina porque entrega a las personas la licencia necesaria para revitalizar la intimidad: desde disfrazarse hasta probar nuevas posturas en el terreno sexual.

"El humor abre las puertas de la imaginación, te permite explorar en la fantasía para buscar formas ingeniosas de motivar al otro y te da herramientas para nunca dejar de sorprender a la pareja", comenta la profesional.

Herramienta terapéutica

El buen humor y el juego, incluso, pueden ser usados para trabajar los problemas sexuales como una herramienta terapéutica, porque disminuyen el nerviosismo y la gravedad que siente la pareja cuando se enfrenta a la impotencia o la anorgasmia. La capacidad de reírse, concuerdan las expertas, es una gran terapia de recuperación.

Vivimos, por otro lado, en un contexto donde la mayoría trabaja todo el día y es habitual llegar a casa agotado y sin ganas de intimar. "El humor, según L'Osseau, ayuda a relajarse, a olvidarse de la preocupación laboral y dejar el estrés fuera de la vida de pareja. De alguna manera se convierte en una facilitador de las relaciones sexuales".

Renata Ortega advierte, sin embargo, que el humor debe ser utilizado en la vida sexual con sutileza: "Hay que aprender a reírse con el otro y no del otro, porque -de lo contrario- estas actitudes pueden lesionar la confianza, o ser percibidas como descalificaciones, burlas o daño. Reírse con el otro es hacerse partícipe de su vivencia, es incluirse, es compartir la experiencia sexual", destaca la especialista en sexualidad.


Hombres graciosos: más atractivos

Hombres y mujeres manejan expectativas distintas con sus parejas respecto al humor, revela un estudio del sicólogo Eric Bressler, de la U. de McMaster en Canadá. Después de aplicar cuestionarios a 129 personas entre 17 y 25 años, el experto concluyó que los hombres adoran que sus parejas rían con las bromas que ellos dicen, sin embargo, no se sienten atraídos por mujeres que hacen lo mismo y son muy graciosas.

Ellas, en cambio, encuentran que el buen humor en la población masculina es señal -cierto o no- de inteligencia. Bressler explica que estas diferencias remiten a la teoría de la evolución de las especies de Darwin: los seres humanos, al igual que todos lo animales, escogen sus parejas instintivamente entre los individuos que garantizan la perpetuación de la especie, es decir, que puedan proporcionar hijos saludables.

Según el sicólogo, por lo tanto, como las mujeres consideran el humor un atributo importante en los hombres, ellos han aprendido a usarlo como un arma de seducción. Algo similar hacen los pavos reales cuando exponen su plumaje para atraer a las hembras. Por eso, cuando la mujer es la que toma la iniciativa en el humor, cuenta chistes y es el centro de mesa en una reunión, el hombre se siente amenazado en su rol de seductor.

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