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martes, diciembre 22, 2009

Mensajeros del futuro

Nota: Para que los viejos líderes de la Concertación traspasen el poder -de verdad- a una nueva generación, la Concertación debe sufrir una derrota y surgir revitalizada de una crisis. Si no, esta "renovación" con rostros jóvenes no pasará de ser maquillaje electoral, una renovación con sabor a jugo instantáneo en sobre. ¿Acaso creen que Escalona y asociados darán un paso al costado -para dejar el liderazgo a los jóvenes- si ganan en enero? ¿no se sentirían acaso revitalizados y legitimados para continuar a cargo? Por el bien de la propia Concertación, lo mejor que podría pasar es que perdieran. Eso revitalizaría el sistema democrático en su conjunto y "le daría tiraje a la chimenea".

* uno de los fundadores del MAPU, que apoyó a la Unidad Popular y de la cual llegó a ser secretario general. Hoy, economista, empresario, consultor y político.

No sé cuántas veces he hablado y escrito que, gane quien gane, vivimos en Chile el final de un ciclo histórico exitoso. Encontré incluso una pauta programática enviada hace más de un año a José Miguel Insulza cuando aún era candidato. Tenía esa misma idea machacona en primera página y derivaba de ella otra que ahora cobra significados distintos: “pretender ganar con el continuismo es tiempo perdido”.

Ese mismo entre 70% y 80% de aprobación a la Presidenta, precisamente por lo consensual, no es sinónimo de opciones de futuro entre las alternativas sometidas al voto ciudadano. Nadie vota a favor o contra ella en esta elección, sino por un futuro que no es de continuidad.

Cualquier aspiración a gobernar exige asumir ese fin de ciclo y convocar a una nueva etapa de país, con propuestas que apunten al futuro y enfrenten tanto los desafíos de Chile, como los nuevos anhelos ciudadanos. Son los avances vividos, no los fracasos, los que impiden la inercia de seguir igual.

Los ciudadanos saben o intuyen que la realidad exige cambios profundos. En la política, socavada en su legitimidad por el sistema binominal y con sus principales instrumentos —Estado y partidos— necesitados de renovaciones sustanciales. En la economía, que sufre una alarmante pérdida de dinamismo y productividad desde antes de la crisis y requiere nuevos motores de impulso. En la brecha cultural entre la masa ciudadana y el establishment, por visiones distintas en muchos ámbitos.

Estas coyunturas siempre generan malestares con el presente.

Por qué misterioso sino la Concertación no lo entendió y sí lo hicieron Piñera y MEO, explica que Frei y la fronda partidaria que lo rodeó terminaran monopolizando para sí lo que era una imagen crítica de la política en su conjunto. Así, la principal artífice de un ciclo exitoso que cambió Chile, terminó incomunicada de los propios hijos que engendró. De esos que se enorgullecen de los logros de su país, que en promedio casi triplicaron por igual su ingreso, aunque la desigualdad no variara, que reclaman más participación en la prosperidad —auto, hijos universitarios, vacaciones en el exterior, compras en el mall, más protección, servicios de otro nivel de calidad, etc.— y por lo mismo exigen más presencia en la decisión política hoy vista como cupular y ajena.

El desafío de la Concertación es recapturar ese vínculo con los hijos que engendró. No lo superará polarizando la campaña en torno a temas que ya no movilizan demasiado, sino haciéndose cargo de las interpelaciones del nuevo país en cuya creación jugó un rol decisivo.

Así las cosas, por ejemplo, un acuerdo con MEO no basta, aunque él lo quisiera. MEO sabe que es “mensajero” de lo que querían transmitir quienes lo votaron. Así lo dijo y él mismo los invitó a votar como quisieran. El tema es el mensaje, las señales. No elucubraciones estadísticas, ni menos conciliábulos de los que esos precisos votantes recelan aun más que otros.

Por eso es en cambio una buena nueva la convergencia de jóvenes dirigentes concertacionistas exitosos en alcaldías y parlamentarias, críticos a lo existente y obligados a mirar al futuro porque sólo en él existen, que se constituyen como grupo aspirante a construir y liderar una coalición refundada. Su convocatoria, en la mejor tradición transversal de la Concertación, es lo más esperanzador después de la primera vuelta.

No sé si los tiempos son suficientes para que proyecten su promesa refundacional el 17 de enero. Si no lo son, me cuesta concebir una victoria concertacionista que pasa por recapturar la confianza y los sueños de esa amalgama social de centro-izquierda y culturalmente liberal —con sus actuales perfiles, distintos a aquellos de los 90— que es la mayoría del país.

Aun si los tiempos de segunda vuelta no son suficientes para que este vuelco se haga real y creíble masivamente, esa nueva generación lleva en su mochila el futuro de la Concertación. Su desafío no es tomar el mando, la vida se lo está dando, sino ser capaces de liderar la construcción de un ciclo tan exitoso como el que termina.

Artículo original

2 comentarios:

  1. la otra vez leía lo contrario... que la mejor forma de que salieran las momias concertacionistas sería que se quedaran en le poder, y que en el fondo a Frei se le cobraran todos sus compromisos... no me pareció una idea tan descabellada


    Lo que planteaba ese comentarista es que de perder la concertación, es poco probable que ocurra un gran y sentido mea culpa de las cúpulas concertacionistas....

    Yo creo que es muy necesario que la concertación siga existiendo... creo que enfría a los grupos populistas de izquierda.

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  2. Anónimo6:14 p.m.

    Aunque vivo fuera de Chile muchos años intento vivir el latido de mi pais con ansias, por ello el pequeño análisis en rojo me parece honrado y debo decir que tengo pavor que salga Piñera, me sale de las entrañas,no lo puedo evitar. No me gustaría ver mi pais con nucleares, que triunfara Hidroaysén, que nuestras riquezas sigan siendo esquilmadas por empresas exstranjeras que no dejan nada, solo el hoyo; que la educación siga estancada por la administración de las municipalidades, que el agua no vuelva a ser soberanía del Estado (que somos todos), tengo entendido que fue Frei quien privatizó el agua, que se termine por privatizar el Mar Austral (creo que se votó favorablemente en el Senado). Tengo más inquietudes, pero no quiero alargarme. Me gustaría que pusieran algo de la privatización del Mar Austral que solo me enteré la semana pasada de esto. Si las pesqueras españolas están por todas partes, ¿es que van a permitir que los chinos, japoneses, rusos, coreanos,etc., agoten el alimento de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos?. Como ven todo esto lo tengo relacionado con Piñera y para mal. Entiendo que Frei fue o es también un empresario de éxito, pero tengo el pálpito que quiere corregir errores del pasado (no estoy pidiendo el voto para él, soy tremendamente respetuoso de las decisiones políticas de mis compatriotas). Yo no puedo votar, porque no se nos ha otorgado ese derecho y muchos respirarán tranquilos. Selknam.

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ACLARACION: Este blog no es antiperuano ni nacionalista chileno. Este blog simplemente recopila y (a veces) comenta sobre artículos recopilados en la prensa nacional y mundial y que involucran a Chile. Si parece "cargado" hacia Perú, simplemente, es resultado de la publicación constante -y obsesiva- en ese país de artículos en que se relaciona a Chile. Así también, como ejemplo opuesto, no aparecen articulos argentinos, simplemente, porque en ese país no se publican notas frecuentes respecto Chile. Este blog también publica -de vez en cuando- artículos (peruanos o de medios internacionales) para desmitificar ciertas creencias peruanas -promovidas por medios de comunicación y políticos populistas de ese país- sobre que Perú ha superado el desarrollo chileno, lo que es usado en ese país para asegurar que Chile envidia a Perú y que por eso buscaría perjudicarlo. Es decir, se usa el mito de la superación peruana y la envidia, para incitar el odio antichileno en Perú.