El concepto de incubadora de empresas, si bien es un ámbito relativamente joven en Chile, en corto tiempo ha logrado consolidar ideas innovadoras y emprendedoras en el mercado. En nuestra provincia, las universidades han llevado la batuta con esta especie de “fábrica de emprendedores”, que en un lapso determinado de tiempo concretan las ideas de negocio y las transforman en realidad.
En términos simples, con sólo llenar un formulario y tras un análisis de viabilidad, estas organizaciones apoyan y aceleran el proceso de creación, desarrollo y consolidación de empresas innovadoras, así como la capacidad emprendedora de personas que quieren iniciar su propia empresa, convirtiéndose en su primer socio estratégico que les provee de servicios y redes estratégicas de contactos nacionales e internacionales.
“Una persona que tiene una idea de negocios se acerca a nuestras oficinas de Agroincuba, se analiza la factibilidad, y durante un proceso de dos años de acompañamiento esa idea se transforma en una empresa”, explica el director del Campus Chillán de la Universidad de Concepción (UdeC), Fernando Bórquez.
Para Gloria Hormazábal, académico de la Escuela Administración y Negocios de la misma casa de estudios, la labor de las incubadora o centros de emprendimiento es realmente relevante, sobre todo desde la óptica de generar emprendimiento.
“En el último informe del Banco Mundial respecto al programa de Conocimiento para el Desarrollo se manifestó que nuestro país está en el puesto 42 de 146 países para convertirse en desarrollados (...) entre las recomendaciones para las universidades se estableció generar un nexo con el mundo productivo”, comentó la economista de la UdeC.
En el caso de Agroincuba, la incubadora de empresas agropecuarias y agroindustriales de la Corporación Universidad de Concepción, la experiencia ha sido sumamente positiva en cuanto a flujo de emprendedores y en cuanto a las potencialidades de negocios que se pueden generar.
“Nosotros estamos trabajando fuerte en el sector agropecuario, el cual tiene un enorme potencial, sobre todo en la introducción de nuevos productos, la incorporación de nuevos procesos e innovaciones, desarrollo agroalimentario, desarrollo de alimentos saludables y muchas áreas más, ya que el potencial es infinito”, precisa Bórquez, quien fue el principal impulsor de Agroincuba y quien tuvo que luchar con bastantes obstáculos para concretar la anhelada incubadora para Ñuble.
La propuesta UBB
En la actualidad, las incubadoras juegan un rol importante en la generación de nuevos negocios y en la competitividad que esas instituciones le entregan a la región donde estén ubicadas. Desde esa perspectiva, el Centro de Desarrollo de Empresas de la Universidad del Bío-Bío, también se ha posicionado de manera efectiva haciendo realidad las ideas de negocio de muchos emprendedores.
“Atendemos a quien tenga la inquietud, por esto generamos el servicio de Ventanilla Única, en el cual desde las 15 hasta las 18.30 horas atendemos a todo publico. ¿Por qué sólo en las tardes? Porque el resto del día debemos trabajar con emprendedores, ya sea en los proyectos en ejecución, los cuales acompañamos en su desarrollo, generando redes de apoyo o articulando el desarrollar actividades para la comunidad con otras entidades”, explica Soraya Montecinos, ejecutiva Centro de Emprendimiento Local de la UBB.
La cartera de emprendedores del CDUBB ha trabajado en rubros muy diversos, como producción de alimentos, procesos, tecnología, entre otros.
“Como Centro de Emprendimiento Local prestamos apoyo en gestión, administración, manejo de costos (...) Además definimos cuál es la posibilidad real de acceder a financiamiento para la ideas de negocios, derivándose a la correspondiente entidad que entrega los recursos”, explica la ejecutiva de la Universidad del Bío-Bío.
Cabe destacar que hay varios fondos para innovadores, de capital semilla y de arranque, en marcha para su postulación, como el de Innova.
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