Una mirada optimista y de plena confianza en que las condiciones económicas permitirán al gobierno cumplir con su programa presentó ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, tras exponer, por primera vez en el Congreso, el Estado de la Hacienda Pública 2010.
Pasada las 11:30 horas de la mañana, el secretario de Estado, quien llegó hasta la sala del Senado en compañía de la directora de Presupuestos, Rossana Costa, detalló brevemente el escenario económico internacional relevando que en general las economías mundiales, luego de la crisis del año 2009, se han ido recuperando como es el caso de Latinoamérica, los países desarrollados y los mercados emergentes.
Así, en su intervención reafirmó que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá este año un 5,1% y el próximo un 6,1%. Estimaciones que se encuentran en el piso del rango que entregó el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), pues proyectó una expansión de entre 5,0% y 5,5% para 2010 y de hasta 6% para el próximo año.
Es más, no dudó en señalar que el crecimiento de 7,6% del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de agosto viene a reforzar la probabilidad de que la economía se empinará por sobre un 5% este año, "crecimiento que se tiene en bastante tiempo desde el año 2004".
"Vemos una recuperación que se asienta, vemos cifras poderosas en la industria y el comercio, de tal manera que estamos confiados que esta es una recuperación que sigue y es una recuperación potente", sostuvo la autoridad.
"Lupa" al gasto público
Dada la coincidencia con la fecha de un nuevo aniversario del triunfo del No, el jefe de las finanzas agradeció la asistencia de los parlamentarios de la oposición ya que a la misma hora se desarrollaban actividades vinculadas a esta fecha.
En su exposición, una de las críticas más frontales del ministro Larraín fue a la evolución del gasto público de la administración anterior.
Respecto a esta materia, indicó que el crecimiento del gasto público tuvo un aumento similar al PIB en los años 2000-2005: 4,4% y 4,3%, respectivamente. Sin embargo, en el período 2006-2009 creció "muchísimo más que lo que crece el PIB". De hecho, en promedio el Producto sólo subió un 2,8% y el gasto un 10,3%. "Esta es una situación insostenible y no deseable desde el punto de vista macroeconómico".
Sobre esa base explicó por qué el gobierno optó por un crecimiento del gasto público para 2011 de 5,5% real, donde destacó que dicha cifra no afectará la evolución del tipo de cambio.
Sostuvo que según economistas internacionales, si se aumenta en un punto el gasto, se afecta el tipo de cambio. "El aumento del gasto público genera un efecto de apreciación del tipo de cambio real que afecta a miles de pequeñas empresas". Más adelante, precisó que "un aumento de 1% del PIB conduce a apreciaciones del tipo de cambio real que fluctuan entre 1,5% y 3%".
En relación al gasto social, Larraín manifestó que éste tendrá un crecimiento de un 53% real en la línea programática del Mideplan. El ministro Larraín concluyó su intervención reforzando los objetivos del gobierno en materia económica: crecer al 6% anual promedio hasta el 2013; crear 200.000 empleos promedio anual; aumentar la inversión a 28% del PIB en 2014; derrotar la indigencia en 2014; y sentar las bases para ser un país desarrollado en 2018.
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