jueves, enero 21, 2010

Chile sigue apostando por la libertad y el progreso

Las recientes elecciones chilenas, realizadas con altura cívica, dieron como ganador al liberal Sebastián Piñera sobre el socialista democrático Eduardo Frei. El electo expresó en un mensaje que para que un país progrese necesita de un buen gobierno pero también de una buena oposición. La madurez política del pueblo chileno no es el resultado de dones especiales provenientes del cielo o de fuentes mágicas, sino de una envidiable constancia en dos de los principios fundamentales del liberalismo clásico: libertad individual para que cada quien busque por sí mismo el bienestar y la felicidad, y educación real y efectiva para todos. ¡Cuán fantástica diferencia con el régimen “bolivariano del siglo XXI”! Para nosotros Chile debe ser el modelo, no Venezuela o Bolivia, mucho menos Cuba. Podemos y debemos progresar en libertad; está a nuestro alcance reducir las desigualdades sin sacrificar la convivencia pacífica. El presidente Lugo tiene todo en sus manos para seguir el ejemplo chileno. Le bastará con que el sentido común que pueda poseer le ayude a rodearse de colaboradores con sabiduría y experiencia para enfrentar las tareas que desde hace tiempo deben realizarse: en los primeros lugares educación y fuentes de trabajo.

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