lunes, enero 25, 2010

Chile es laboratorio de Holandesa Nunhems

En los próximos meses será posible tomar jugo de zanahoria amarilla o preparar una ensalada chilena con tomates que no pierden el jugo, y comer de entrada una alcachofa morada. Y en un futuro no muy lejano, cualquier persona en el mundo podrá cortar la cebolla en pluma sin soltar una sola lágrima.

Todo gracias a las innovadoras apuestas de empresas como la holandesa Nunhems, subsidiaria de Bayer CropScience, especializada en el desarrollo de semillas y cultivos más eficientes -totalizando hoy más de 28 diferentes tipos de cultivos y 2.500 variedades- que tiene a Chile como uno de sus cuatro centros satélite de operaciones en el mundo.

Es así que el campo chileno funciona como laboratorio para el desarrollo de nuevas variedades de productos, más resistentes a enfermedades del suelo y plagas de insectos, una instancia clave también para el fortalecimiento de la innovación y desarrollo agrícola chileno, afirman los ejecutivos de Nunhems Ko Remijnse y Alberto Schulte-Herbrüggen.

En especial cuando I+D se está volviendo cada vez más importante para el negocio agrícola chileno, añade Schulte-Herbrüggen, gerente general para Chile y director regional de ventas y marketing. “En este momento el negocio está difícil. El gran problema es la apreciación del tipo de cambio, porque cuando exportas ahora estás recibiendo al menos 20% menos de lo que valía tu producto hace un año. Pero lo bueno es que esto afecta positivamente la I+D, porque mientras más difícil se vuelve la competencia, más debes diferenciarte. Tienes que ofrecer cada vez mejores productos de calidad, así que este es el momento para realizar cambios en el mercado”, insiste.

Pero al igual que sembrar y cosechar, innovar en Chile toma tiempo, admite. “Chile es un país pequeño con una pequeña masa crítica de consumo, lo que dificulta a veces desarrollar productos porque los gastos en innovación y desarrollo son altos. Por eso las empresas chilenas tienen que mirar hacia fuera para justificar ese gasto. Chile goza de una situación única. Su clima, su terreno de cultivo, es muy positivo, lo que beneficia la innovación y desarrollo en agricultura. Pero no necesariamente sólo para la población chilena, sino desde Chile hacia el mundo”, agrega Schulte-Herbrüggen.

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