El lugar que ostenta nuestro país se debe en parte a una razón que para muchos puede parecer casi insignificante: los conductores no inflan bien sus neumáticos.
Cada año, y específicamente cada invierno, la contaminación ni siquiera deja ver la cordillera. En este sentido, se estima que el millón 200 mil vehículos que transitan por las calles de la capital generan a lo menos el 10 por ciento del material particulado.
Lo más preocupante es que Chile lidera la contaminación por automóvil en Latinoamérica: emite en promedio 72.3 millones de kilos de CO2 a la atmósfera, sólo por no cuidar el inflado de los neumáticos.
El gerente de marketing de Bridgestone, Francisco Pujado, ejemplifica esta situación de la siguiente manera: "Esos 70 millones de kilogramos de CO2 al planeta equivalen a 31 mil araucarias adultas".
Una cifra que vale tener en cuenta, más aún cuando 9 de cada 10 vehículos del país simplemente no circulan con la presión adecuada, es decir, por debajo de los niveles recomendados.
De hecho, según el estudio Chile pierde anualmente sólo por este concepto 31 millones de litros de combustible lo que se traduce en más de 16 mil millones de pesos.
Una pérdida que equivale a 1.020 camiones cisternas enfilados y repletos de combustible, que podrían unir la Avenida Kennedy con Farellones. Ni hablar de los peligros que representa para la seguridad vial, del conductor y sus acompañantes, menos de la incidencia en los accidentes.
Cabe recordar que la presión del neumático siempre dependerá del vehículo. Su tamaño y peso son variables fundamentales, aunque las 30 libras son el promedio.
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