Brasil, el país más grande en economía y población de América Latina, se convirtió en el segundo destino de las inversiones chilenas después de Argentina.
Brasil, por su atractivo mercado de 190 millones de personas, ha captado el 18 por ciento de los capitales chilenos en el exterior.
El mercado brasileño se ha vuelto atractivo para las empresas chilenas debido a que Brasil registró en los últimos años un aumento del poder adquisitivo.
Los expertos auguran que Brasil cerrará este año con un crecimiento cero o incluso una contracción de 0,5 por ciento, aunque el año entrante tendrá una veloz recuperación.
Otro atractivo para los inversionistas chilenos ha sido la estabilidad macroeconómica de Brasil en los dos periodos de gobierno del mandatario Luis Inacio Lula da Silva.
El ingreso de los inversionistas a ese mercado se viabilizó porque Chile es un país asociado al Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los inversionistas chilenos han logrado penetrar en un mercado con importantes barreras a productos extranjeros. Las inversiones chilenas se han canalizado al sector productivo.
Los capitales chilenos alcanzaron de 1990 a 2008 un total de 8.413 millones de dólares, lo que representa el 17,7 por ciento del total invertido en el exterior.
En términos sectoriales, la generación y distribución de energía eléctrica constituye el principal objeto de la actividad empresarial chilena en Brasil y captura 50 por ciento del total, seguido por los servicios, la industria, el agropecuario y la minería.
La principal dificultad para los inversionistas extranjeros en Brasil es la estructura fiscal.
La cantidad de impuestos y el monto a pagar varía de estado en estado, y representa un costo importante de la operación de una empresa en Brasil, según la Cámara Chileno Brasileña de Comercio.
También ha habido experiencias de fracasos, como el de Fasa, que en 1999 adquirió por 20 millones de dólares la cadena Drogamed, farmacia líder en el estado de Paraná, pero registró pérdidas anuales por 10 millones hasta que cerró en 2006.
La mejor forma de entrar en el mercado brasileño es en asociación con un local que les enseñe a manejar los impuestos, como lo hizo la empresa Cencosud, dedicada al rubro de ventas al detalle.
La empresa Cencosud participa en el mercado carioca con Gbarbosa, con 31 supermercados y 19 hipermercados. Además cuenta en el negocio financiero con casi 842.000 tarjetas de créditos. Brasil representa 9 por ciento de los ingresos del consorcio.
La más reciente de las empresas chilenas interesadas en conquistar el mercado carioca es la línea aérea LAN, que podría entrar a ese mercado después del anuncio hecho hace dos semanas por el congreso brasileño sobre la liberalización de la norma de convención de ofertas extranjeras.
LAN seguiría así los pasos de Embotelladora Andina, la que en 1994 adquirió Rio de Janeiro Refrescos, que ahora es uno de los mayores fabricantes de Coca-Cola con alrededor de un 14 por ciento del total del consumo nacional, operando en Río de Janeiro y Espíritu Santo, atendiendo 18 millones de habitantes.
La empresa eléctrica Enersis participa a través de Endesa Brasil desde 2005 con sus filiales Cachoeira Dourada y Endesa Fortaleza. Enersis posee una participación de 53,4 por ciento en Cachoeira Dourada y de 53,6 por ciento en Endesa Fortaleza.
El grupo también participa en la transmisión y comercialización de electricidad por medio de la línea de interconexión entre Chile y Brasil, CIEN, y en distribución participa con Ampla y Coelce.
El grupo Chilefilms tiene presencia desde 1998 bajo las empresas Cinecolor y Megacolor, ambas ubicadas en Sao Paulo.
La primera de estas está dedicada al laboratorio cinematográfico, con una participación de mercado de 60 por ciento, mientras que Megacolor participa con el de 25 por ciento en Brasil.
Las inversiones chilenas han tenido otro destino importante que es Perú, donde alcanzan unos 5.000 millones de dólares, sobre todo en el sector de las grandes tiendas.
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