En La Tercera del martes aparece una importante nota sobre el informe preparado por la Corporación Nuclear Eléctrica de Chile, relativo a los impactos de la opción nuclear y su comparación con otras fuentes energéticas. Se trata de uno de los cuatro estudios que el gobierno encargó a fines de 2008 y que servirán de marco referencial para un potencial desarrollo de la energía nuclear en Chile.
La nota consigna que el informe sobre el impacto y los riesgos de la energía nuclear aún no ha sido divulgado oficialmente. Pero algunos de los puntos que se adelantan han sido estudiados y son conocidos por los que hemos seguido de cerca el tema nuclear durante los últimos años. En el avance del estudio se hace referencia a la seguridad extrema que existe en una planta nuclear, situación que se traduce en que los accidentes en estas construcciones sean prácticamente inexistentes en la actualidad. En efecto, la tasa de mortalidad en la industria nuclear es de 0,60 persona por cada 10 mil trabajadores; la industria del carbón, en cambio, tiene una tasa de mortalidad que es hasta 35 veces superior.
Como el edificio que aloja el reactor tiene doble blindaje y está construido en hormigón armado, con paredes de hasta un metro de grosor, una central nuclear puede resistir un sismo de grandes proporciones sin que se produzca ningún percance radiactivo. De hecho, así aconteció durante el terremoto de Japón de 2007.
Pero es en el ámbito de los costos operacionales y el impacto de las emisiones donde la energía nuclear tiene grandes ventajas comparativas sobre la mayoría de los combustibles tradicionales, como el diésel, el carbón o el gas natural, siendo también mucho más barata que las energías renovables.
Se entiende entonces que la mayoría de las mineras del Norte Grande estén mostrando interés por implementar una solución nuclear para sus procesos industriales, pues dicha alternativa indudablemente reduciría el costo de la energía que utilizan y que actualmente representa un 16% del gasto total de estas empresas, uno de los más altos en la industria. La idea sería construir una central atómica al norte de Taltal, para luego interconectar los sistemas eléctricos del Norte Grande (Sing) y el central (SIC), lo que traería grandes beneficios para el país al entregar energía barata y segura a prácticamente toda la población nacional.
Para comenzar con un proyecto nuclear no es necesario implementar una central eléctrica de 1.000 MW, ya que con una capacidad tan grande habría que construir nuevos troncales en el Norte Grande y en la zona central, pues las actuales redes eléctricas colapsarían. Pero actualmente existen plantas nucleares de cuarta generación más pequeñas y modulares, de 350 MW y 440 MW. Estas centrales pueden levantarse en un plazo más reducido, tienen menor impacto ambiental durante el período de construcción (y operación), han sido ampliamente probadas y ejercen una menor presión sobre las redes de transmisión.
Si se parte con una planta modular de 350 MW, al año siguiente se puede comenzar a construir la segunda unidad del mismo tamaño. El primer módulo estaría listo y operativo en cinco años; el segundo, un año después. Previo a esto, será menester realizar un proyecto eléctrico/nuclear propiamente tal, el cual tardaría algo menos de dos años; lo mismo debería demorar el proceso de las autorizaciones locales y certificaciones internacionales. Todo lo cual se traduce en un plazo total de entre nueve y 10 años para tener funcionando dos módulos nucleares de 700 MW, a partir del momento en que expresemos una real voluntad en este sentido.
Artículo original
Para disminuir el impacto ambiental sería mejor tener la menor cantidad de plantas nucleares posibles.
ResponderBorrarCon una sola planta nuclear de 2.000 MW como la Angra III brasilera, se podrían aprovechar las economías de escala en la compra de combustible nuclear y haría a nuestro país más atractivo con respecto a las eventuales ofertas de asistencia técnica pudiendo conseguir mejores condiciones con respecto a la transferencia tecnológica tendiente al enriquecimiento de uranio al nivel necesario para la generación eléctrica bajo los reglamentos y vigilancia de la Organización Internacional de Energía Atómica.
Sin duda habria que de todas maneras cambiar las redes de distribución, ya que Chile duplica su demanda energética cada 10 años.
Creo que Chile posee zonas donde el POTENCIAL impacto ambiental es minimo. Por ejemplo, algunas zonas del desierto de Atacama, donde no hay agua ni en superficie ni en napas subterraneas. De hecho, hay zonas donde los cientificos no han hallado NI SIQUIERA BACTERIAS. Simplemente, NO HAY VIDA. Respecto a los residuos. EEUU intenta llevarselos a su propio territorio, como una manera de minimizar que puedan caer en manos de los terroristas.
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