jueves, junio 18, 2009

Chile y Europa estrechan sus lazos comerciales

Desde la entrada en vigencia del Acuerdo de Asociación entre ambas partes, las exportaciones de productos silvoagropecuarios han aumentado considerablemente. Cumplir con las normativas sanitarias, e informarse de las nuevas, es vital para mantener este crecimiento.

Que las frutas y los vinos nacionales estén sobre mesas europeas dejó de ser un sueño para los empresarios locales, pues desde hace seis años, el viejo continente es un destino obligado para los productos silvoagropecuarios del país, gracias al Acuerdo de Asociación entre la Comunidad Europea y Chile.

Y es que desde el año 2003 el monto de los productos exportados se ha triplicado, superando los US$3.300 millones en el 2008, mientras que antes de la firma del acuerdo, los envíos a las plazas europeas sólo llegaban a los US$1.000 millones.

Gracias a este espectacular aumento e intensificación de las relaciones comerciales con las plazas europeas, el viejo continente se ha transformado en el principal destino de las exportaciones silvoagropecuarias chilenas, y una excelente oportunidad de negocio para las pequeñas empresas dedicadas a la producción de alimentos gourmet.

Así lo confirma César Suárez, agregado comercial de Chile en la Unión Europea (UE). “La celulosa, los vinos, las manzanas, los kiwis, entre otros, ocupan los primeros lugares en valores y volúmenes de exportación hacia la UE, concentrando más del 60% del total de los productos silvoagropecuarios”, afirma.

Del total de estos envíos, el 47,2% ingresó a las 27 naciones que conforman la UE, libres de barreras arancelarias de manera inmediata, cifra que se acrecentó a 89,22% a principios del 2008. Se espera que el próximo año, este porcentaje aumente aún más y alcance un 99,6% de productos exentos de estas barreras.

En los últimos años, el Gobierno ha impulsado un fuerte programa que busca posicionar a Chile como una “potencia alimentaria”, es por esto que se han establecido una serie de lineamientos para la optimización de los embarques y la apertura a más plazas comerciales, mediante el fortalecimiento de la calidad de los productos agrícolas.

Gracias a la rigurosidad de las fronteras chilenas, la certificación y control de los productos que se exportan, además de las excelentes condiciones fitosanitarias del país, el camino para conseguir este objetivo parece acortarse cada día más, la buena recepción de nuestros alimentos por los comensales europeos, lo confirman.

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