jueves, enero 04, 2007

Perú: Obolo

“Obolo será entregado por 43 empresas”. “El óbolo está calculado en base a las utilidades…”.

Pocas veces los medios han acertado al calificar como “óbolo” al “aporte voluntario” de las empresas mineras; y que ha sido elevado hasta una especie de “orgasmo político” por pregoneros de la presunta habilidad y patriotismo del gobierno por encontrar tan brillante solución.

La Real Academia Española define óbolo como “cantidad exigua con que se contribuye”. Los diccionarios indican los sinónimos de óbolo: “donativo, dádiva, entrega, pequeñez, caridad, insignificancia…”. Precisamente, el gobierno ha optado por estirar la mano humildemente frente a la poderosa minería, en lugar de cumplir su promesa electoral de plantear la revisión de los contratos con los que “nunca estuve de acuerdo” (Alan García), implorando caridad en lugar de hacer respetar derechos.

Las empresas tienen derecho a ganar. Nadie lo discute. Pero también tienen la obligación de tributar. Y si los precios internacionales, y por lo mismo las utilidades, se elevan cuantiosamente, el Estado tiene el derecho de percibir los beneficios y la obligación de exigirlos. No puede quedar sujeto a la “voluntad” de la empresa o las rogativas del gobierno. Si las empresas, “voluntariamente”, harán dádiva de 500 millones de soles anuales, ¡a qué cifras astronómicas se habrán elevado sus ganancias no calculadas!

¿Pero es un dechado de generosidad este “regalo”? Es un “presente atado”:

- Se acaba si los precios de los metales a nivel internacional bajan hasta cierto límite.

- Deja de existir si el gobierno aprueba nuevos impuestos o los eleva.

- Las empresas deciden a quién y cómo se harán las transferencias.

- Las empresas designan los organismos que se harán cargo de los proyectos, e incluirán delegados de municipios y de otros organismos de la sociedad civil.


Como es de verse, no se ha actuado con autoridad de gobierno o estado soberano, sino de negociador medroso, cuidando de no despertar las iras de poderosos entes mineros.
Posiblemente lo actuado forme parte de la nueva concepción alanista o aprista del Estado.

Efectivamente, Alan García, en las “Cartas a los compañeros”, “Carta II sobre la modernización y el relanzamiento del aprismo”, de setiembre del 2001, en el punto “1. Modernización programática”, afirma que “los principios del pensamiento de Haya de la Torre mantienen su vigencia”, y que entre los fundamentales está: “c.) El rol del Estado como árbitro entre el capital y el trabajo, y entre la realidad nacional y la economía internacional”.

Estamos notificados. El Estado es sólo un árbitro para la nueva APRA modernizada y relanzada. Con la derecha neoliberal han arribado a un definitorio punto de encuentro.

http://www.correoperu.com.pe/paginas_columna.php?columna_autor=Rolando%20Bre%F1a%20Pantoja&seccion_nota=8

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