lunes, noviembre 14, 2005

Nacionalismo indigenista peruano (antichileno): Humala pisa fuerte

Tomado de diario La Primera, Lima - Peru

El dato más resaltante de la última encuesta nacional de Apoyo –descontado el nulo efecto que le habría reportado al fujimorismo la llegada de su líder a Chile– es, sin lugar a dudas, el crecimiento de Ollanta Humala.

En un mes, pasa de 8 a 11% de intención de voto. Eso significa un aumento de 37.5%. Si, haciendo un ejercicio imaginario, proyectamos esa misma tasa de crecimiento para el mes de diciembre, el líder nacionalista superaría el 15%, acercándose ya al pelotón que hoy ocupan Alan García y Valentín Paniagua (quien también ha subido, merced –creemos– a la salida de la izquierda de su frente).

Pero lo que es más alentador para Humala es la enorme heterogeneidad de su votación. En la sierra sur obtiene un 23%, siendo apenas superado por Lourdes Flores. En Lima y la costa norte es donde peor le va con apenas 5 y 7% respectivamente.

Un análisis imparcial muestra que Humala tiene un potencial de crecimiento mayor que el resto de candidatos, quienes ostentan un rango muy parecido en todas las regiones. Y en el caso de Humala la disparidad tiene una explicación política que le resulta propicia. Donde le va mal es donde no ha hecho hasta ahora campaña.

Probablemente el 23% de la sierra sur no sea su techo potencial actual, ya que es esa su zona más fuerte por la procedencia misma de la familia Humala y la presencia poderosa en el imaginario popular que allí tiene.

Pero no es exagerado pensar que una vez que visite las zonas que hasta hoy no ha visitado estabilice sus promedios. Y si eso ocurre, lo podríamos ver en dos o tres meses apuntando a disputar la segunda vuelta electoral.

¿Es sólo el voto antisistema el que explica su crecimiento? Está detrás suyo, sin duda, pero creer que es el único factor explicativo supondría un error fatal de sus adversarios.

Humala está desarrollando una estrategia inteligente, por un lado, y por otro está recogiendo una opción ideológica que goza de viento a favor en los últimos tiempos, especialmente en la región. Lo cierto es que, nos guste o no, Humala es ya un protagonista de cuidado y la idea de verlo sentado en Palacio se aleja cada vez más de ser un delirio.

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